En el contexto del “Batman Day”, una celebración anual de DC Comics que tiene lugar el tercer sábado de septiembre, aprovechamos para recordar al legendario BMW 3.0 CSL, el “Batimóvil” de la marca bávara. Este icónico modelo dejó una huella en el mundo del automovilismo y ya se convirtió en una parte clave de su historia.

El año 1972 marcó un punto de inflexión para automotriz con la fundación de BMW Motorsport GmbH, donde el enfoque estaba claramente en el éxito en las pistas de carreras. El BMW 3.0 CSL demostró ser un contendiente formidable en los campeonatos de automovilismo, superando todas las expectativas.

Para lograr estos éxitos, Jochen Neerpasch, líder del recién establecido equipo de expertos, atrajo a los pilotos para alcanzar el éxito. Equipos de fábrica y privados lograron numerosas victorias tanto en carreras nacionales como internacionales, consolidando la supremacía del BMW 3.0 CSL hasta 1979.

El predecesor de este campeón, el BMW 2800 CS de 1968, ya había establecido un estándar en diseño y desempeño. Sin embargo, se transformó en un competidor de carreras bajo las manos de preparadores como Alpina y Schnitzer. A pesar de sus mejoras, no pudo competir eficazmente debido a su peso en comparación con otros autos de carrera más livianos.

El desarrollo

Para abordar esta desventaja de peso, Alpina desarrolló el BMW 3.0 CSL, una versión más ligera del coupé de seis cilindros. Esta versión no solo sirvió como modelo de homologación para las pistas, sino también como vehículo de calle. Lanzado en 1971, mantuvo la potencia del BMW 3.0 CS, pero gracias a la reducción de peso, ofreció un manejo más dinámico.

Un punto de inflexión importante llegó en 1972 con el cambio en el liderazgo de BMW y la llegada de Bob Lutz, un apasionado del automovilismo. Esto condujo a la fundación de BMW Motorsport GmbH y al desarrollo de una versión más potente del BMW 3.0 CSL bajo la dirección de Jochen Neerpasch. Esta versión, con 200 hp y motor de inyección de seis cilindros, se convirtió en la referencia en carreras de turismo.

A partir de 1973, el BMW 3.0 CSL se convirtió en el modelo de calle más potente de la serie. El paquete aerodinámico llamativo le valió el apodo de “Batimóvil”. Los cambios incluyeron alas en la parte delantera, pasos de rueda más anchos y un gran alerón trasero. Sin embargo, el alerón tenía que retirarse para uso en carretera, ya que no era legal.

El “Batimóvil” fue una obra maestra de ingeniería ligera, con componentes de aluminio y otras partes más ligeras. Esto resultó en un peso en vacío de solo 1.270 kg, lo que le dio una impresionante relación potencia/peso de 6.1 kg/hp.

El legado del BMW 3.0 CSL en el automovilismo deportivo incluye numerosas victorias en carreras, como las 6 Horas de Nürburgring, donde estableció récords de vuelta. También fue el lienzo para el primer BMW Art Car, creado por el escultor Alexander Calder en 1975. Desde entonces, varios artistas de renombre han dejado su huella en los BMW Art Cars, reflejando la evolución cultural del arte, el diseño y la tecnología.

Con su diseño icónico, su historial de éxito en las pistas y su producción limitada, el BMW 3.0 CSL se ha convertido en un codiciado clásico del automovilismo, con un valor y rareza inigualables. Con solo 167 unidades producidas entre 1973 y 1975, es una joya en la historia de la fabricación de automóviles.

Las claves del BMW 3.0 CSL:

  • Potencia Máxima: 206 hp
  • Cilindrada: 3.153 cm³
  • Velocidad Máxima: 220 km/h
  • Peso en Orden de Marcha: 1.270 kilogramos
  • Número de Unidades Producidas: 167

Por Federico Smith

Periodista y locutor. Conduzco en Radio Del Plata (AM 1030) de lunes a viernes 6AM, hablo de autos en Radio con Vos (FM 89.9) los sábados 10AM y soy Editor de Motorweb.

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