Prueba: Fiat 500 1.4 Sport

Hay autos que marcan hitos. Otros, que dejan huella. Allá por 1957, Dante Giacosa, el prolífico diseñador de Fiat, creador del Topolino, el Fiat 600, el “Millecento” y hasta el Fiat 128, da vida al 500, o “Cinquecento” (pronunciar chincuechento). El gurrumín italiano, de solo 3 metros de largo, motor trasero bicilíndrico y refrigeración a aire llega a la Italia de la posguerra como un gran movilizador de masas.

Fue exitoso y muy querido por el público hasta 1974, año en que fue reemplazado por el 126, que era más moderno, aunque menos carismático. Pasaron algunas décadas de pequeños Fiat europeos sin aura, hasta que en el 2004 aparece un prototipo llamado “Tre piu Uno” en el Salón del Automóvil de Ginebra. Inspirado en las líneas originales del 500 de Giacosa, el Concept era un estudio para evaluar el impacto del público respecto a un eventual revival del icono de Fiat.

La respuesta estuvo y así en el 2007 sale al mercado europeo el 500. Fabricado en la planta de Fiat de Polonia, el modelo arribó a nuestras tierras en el 2009, pero por culpa de los aranceles extra zona, el precio era un poco elevado. Este modelo, tan referencial para la marca, fue el elegido por Fiat para su desembarco de regreso al mercado estadounidense. Gracias a la adquisición de Chrysler, Fiat ahora poseía una funcionalmente útil fábrica en Toluca, México. Y toda una red de distribución y ventas en suelo norteamericano.

Acortando la historia, finalmente toda Latinoamérica recibe hoy el nuevo 500 fabricado en México y con todos los estándares de calidad y seguridad que el público yanqui espera. Y nosotros gracias a los acuerdo bilaterales entre Mercosur y México, ahora tenemos un Fiat 500 mucho más accesible que en el 2009, sin por ello resignar ni calidad, ni seguridad, ni prestaciones, al contrario.

Probamos durante una semana y casi 1000 kilómetros un 500 Sport con caja manual. Viene equipado, en esta versión, con un motor con tecnología Multiair, que acciona electrohidráulicamente la dosificación de apertura de válvulas del motor, haciendo mucho más eficiente su consumo y rendimiento. Con 1.4 litros de cilindrada, tapa de 16 válvulas y 105 cv (con un torque de 130 Nm), el 500 es un autito ágil y divertido de llevar por la urbe. Pequeño y compacto, las plazas delanteras son bien cómodas, mientras que las traseras solo darán comodidad por trayectos cortos o para niños.

Sus líneas son reconocibles en cualquier lado como un Fiat, generando usualmente miradas instantáneas de simpatía y aprobación hacia el vehículo. Ahora, 50 años después de su creación, el 500 es tracción delantera y su motor está ubicado adelante, transversalmente, de modo mucho más convencional.

Adentro, el 500 respeta algunos rasgos de diseño originales, como la reinterpretación de la plancha que simula una pieza de chapa color carrocería tal y como solían tener los viejos 500. Los relojes del tablero están agrupados en un compacto semicírculo frente al volante y las manijas interiores de las puertas son cromadas.

Todo esto toma inspiración del modelo de hace 5 décadas atrás. El techo corredizo respeta el espíritu original solo que ya no es de lona plegable, si no un gran vidrio corredizo y pivotante.

Las butacas, tapizadas en nuestra unidad con buen cuero negro, son cómodas y ofrecen múltiples regulaciones, aunque podrían bajar un poco más, quedando el punto más bajo un tanto elevado a mi gusto. El opcional del techo corredizo le quita unos centímetros de habitabilidad interior en altura, pero hasta los de 1.85 metros estarán cómodos. Si usted es más alto, piense en ir resignando el techito de vidrio.

Nos ponemos al volante y salimos a disfrutar del 500 Sport. Si bien 105 cv no suenan a grandes prestaciones hoy en día, en este auto están muy bien puestos y el manejo es alegre y nervioso. Más aún si ponemos el modo Sport a través de un botón en la consola central. Esta selección endurece la respuesta de la dirección asistida, modifica la velocidad de repuesta del acelerador, devolviéndonos sensaciones de estar a bordo de un verdadero Fiat.

Se trata de aquella sensación de entretenimiento al volante que otorgaban los autos italianos de los años 60 y 70 y por la cual se ganaron su lugar en el corazón de muchos entusiastas. No hay que esperar grandes prestaciones, pero la rápida respuesta y el ruidito del motor/escape le hacen muy buen “marketing” al auto. Y uno termina siempre bajándose contento, satisfecho de pilotear algo más que un pequeño utilitario urbano.

La selectora de la caja de cambios de 5 marchas surge desde el tablero mismo, quedando siempre a la mano del conductor. De accionamiento suave y preciso, la caja es agradable, aunque en rutas y autopistas el 1.4 Multiair pide a gritos una caja de sexta.

Lo que en ciudad y acelerándolo con ganas se torna un sonido agradable y deportivo, a velocidades de autopista el motor gira a casi 4000 rpm y eso genera un nivel de ruido importante que empaña un poco el placer a bordo. Por eso, creemos que una sexta marcha bajaría la velocidad del motor y aportaría a un habitáculo más silencioso por encima de los 120 km/h.

La seguridad es otro de los aspectos remarcables del 500, que lo convierten en una oferta casi única en su franja de precios en nuestro mercado. Ofrece hasta 7 airbags en opción, incluyendo el de rodillas para conductor, freno a disco en las 4 ruedas, sistema ABS con control de tracción y estabilidad ESC (desconectable), ganchos ISOfix en las plazas traseras y 4 apoyacabezas regulables en altura, cada uno acompañado de su cinturón inercial de 3 puntos. Impecable en este apartado, solo podemos reclamarle la falta de faros antiniebla traseros para ser un rotundo 10.

Demás está decir que el auto cumple con todas las normas y ensayos de choque vigentes en el exigente mercado norteamericano. Con lo cual, a no dejarse engañar por su pequeño tamaño, ya es más seguro que muchos autos incluso más grandes y más caros.

La calidad general del 500 es muy buena, y aunque todos los plásticos interiores son rígidos, su aspecto y tacto son agradables y no mostró crujidos o encastres imperfectos. Como el habitáculo es pequeño, sobretodo angosto, todo queda cómodo y al alcance de la mano, aunque podemos criticar la posición de las teclas levantacristales, que están puestas simétricamente a los lados de la selectora de cambios. Queda muy simpático al diseño, pero es imposible subir o bajar ambas ventanillas con una sola mano.

A nivel prestaciones, el 500 es un auto económico en ciudad, con un promedio de 9 litros cada 100 kms, que fue lo que nos dio en nuestro período de prueba, en uso mixto. No obstante, el tanque de nafta de solo 40 litros hace que la autonomía pueda no ser la ideal. El andar en ciudad es firme, en un punto medio justo entre lo deportivo y lo confortable.

Las llantas de 16 pulgadas con neumáticos en medida 195/45 requieren de cierta presión de inflado y esto aporta la rigidez del conjunto, porque sus amortiguadores y espirales, pese al tono Sport del auto, son más bien blandos. Los frenos tienen muy buen tacto y su poder es correcto, gracias también a los discos en las 4 ruedas y un sistema ABS que no se entromete para nada a menos que sea necesario.

El Fiat 500 Sport viene de fábrica con un equipamiento bastante generoso, a los cual se le suman algunos packs cerrados. Uno de ellos refuerza los airbags de serie con airbags de cortina y airbag de rodilla para el conductor (Kit Seguridad). Otro aporta el climatizador automático digital con un equipo de audio amplificado Bosé de 7 canales que suena increíblemente. Otro pack suma el tapizado de cuero con el espejo retrovisor fotosensible. Por último, el techo corredizo Sky Dome viene como opcional aparte.

Para quien busque un segundo auto o no necesite todo el tiempo de un auto de 4 plazas completas, el Fiat 500 es hoy en día el modelo más seguro por menos de 100.000 pesos en nuestro mercado. Para quien lo quiera como único auto, la gama 500 tiene 3 versiones de equipamiento, dos motorizaciones disponibles y dos cajas de velocidades para elegir, una manual y otra automática de 6 relaciones.

Se ofrece en 13 colores de carrocería, y diferentes combinaciones de tapicerías. Quien quiera un auto pequeño, de gran diseño, solido, de buen andar y alto standard general no debe dejar de ir a probar un Fiat 500.