El pasado 5 de abril fue el último día de producción del Renault Mégane IV en la planta de Palencia, España. Se trató del último ejemplar del rombo en ser producido en serie, al menos bajo la denominación Mégane (también existe el Mégane e-Tech).

Tras cuatro generaciones el modelo mediano del rombo, que llegó incluso a producirse en Argentina, será reemplazado en Europa, dependiendo del mercado por opciones electrificadas o en parte por el Renault Symbioz, un SUV que se posicionará en el segmento medio del rombo.

La historia del Mégane puede citar un paralelismo a la del Ford Focus (ver nota) que también debió abandonar los salones de venta alrededor del mundo dejando paso a la movida eléctrificada (en parte cuestionada debido al origen y facilidad de conseguir electricidad para su recarga), o bien al furor SUV (que presentan menor eficiencia energética debido al mayor volumen y peso comparable).

Se puede decir que la discontinuación tanto del Mégane como del Focus y otros tantos modelos se da principalmente por la caída del segmento medio a nivel mundial. Se despide así una gama de modelos que en su momento supo contar no solo con las carrocerías convencionales, como sedán o hatchback, sino que también supo ser una opción como coupé, cabrio, o familiar. 

También el Mégane fue la base para que Renault desarrolle al Scenic, un monovolumen en momentos donde se pensaba que iban a reinar en todo al mundo, algo que finalmente no sucedió. 

EL MÉGANE EN ARGENTINA

En 1997 Renault comenzó a producir al Mégane en Argentina, ya sea en variante sedán de cuatro puertas o hatchback de cinco puertas. Por entonces la marca del rombo era líder del mercado, y el producto se avizoraba como un futuro líder en ventas. A su vez las versiones Cabrio y Coupé se importaban desde Francia. 

Durante los primeros años las ventas acompañaron pero se trataba de un modelo de precio elevado. La crisis del año 2001 limitó las ventas de autos, y eso motivó a que su oferta sufra algunos cambios. Un año antes había sido rediseñado, a la par de lo ofrecido en Europa. 

En 2005 la marca del rombo lanzó al Megane II en Argentina, inicialmente en carrocería sedán de cuatro puertas e importado desde Turquía. Paralelamente la producción de la primera generación se mantenía en Santa Isabel, ya posicionado como un mediano más popular, y relegando a las versiones tope de gama por su reemplazo europeo. 

Dos años más tarde comenzó la producción del Mégane II en la región, pero no fue Argentina sino Brasil el país elegido. Junto con la discontinuación de la primera generación, la nueva gama incluyó más versiones y una inédita carrocería familiar, conocida como Grand Tour. El de cinco puertas solo se comercializó durante un lapso limitado de tiempo, importado desde España, y mostrando su llamativo diseño posterior. 

A fines de de 2010 llegó al mercado local el Mégane III, modelo que sólo arribó en carrocería hatchback de cinco puertas, o RS de tres puertas. El sedán volvía a ser producido en Argentina, pero bajo un cambio de diseño y denominación, al llevar la denominación Fluence. 

Con los años las ventas del Mégane se volvieron más limitadas, hasta su discontinuación definitiva en 2015, o algunas pocas unidades del RS en 2017. En Europa la vida del mediano fue más próspera, y contó con una cuarta generación, inédita en Argentina, y sin reemplazo directo en el resto del mundo a partir de ahora. 

 

Por René Villegas

Periodista y fanático de los autos y el automovilismo desde que tengo uso de razón. Colaboré en las revistas Auto Plus y Parabrisas, y desde 2019 edito Motorweb Argentina.

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