En el 2008, Citroën lanzó al mercado europeo el DS3, un pequeño utilitario deportivo del segmento B que inauguró la línea de productos DS (nombre que juega con la pronunciación en francés de la sigla, que significa “diosa”), una suerte de sub-marca premium con objetivos claros: generar un re-posicionamiento de la marca madre a través de un nicho de vehículos muy diseñados, bien construidos y básicamente, muy aspiracionales para el público. Una línea de vehículos con un “craftmanship” mayor a la media. El DS3 paso por mis manos dos veces, primero en Enero en Pinamar y luego en Buenos Aires hace una semana, ya para un test más extenso y sin las distracciones y limitaciones de la playa.  
Basado en la plataforma de la segunda generación del C3 que aun no conocemos por acá, el DS3 se presenta como un auto de fuertísima personalidad y gran diversión al volante. Un auto imagen, sin dudas. Si bien es pequeño, su anchura, baja altura y las llantas de 17 pulgadas montadas sobre neumáticos 205-45-17 lo plantan al piso como un auto morrudo, deportivo. La motorización, única disponible en el país, es el 1.6 THP («turbo high pressure») de 156cv de potencia, combinado con una caja manual de 6 velocidades. 
 El motor, ya desde que lo arrancamos nos brinda un sonido gordo, llenito, indicio de que estamos frente a algo con espíritu deportivo. Será que tal vez utiliza el mismo sistema de clapetas y dampers en la admisión como usa el Peugeot RCZ para engrosar su tono de voz? El selector de cambios precisos y sonoros (por momentos me pareció hasta demasiado clac-clac) al engancharse, sumado al volante de muy buen grip y diseño y a las butacas de buena sujeción, nos terminan de armar el «escenario» sport a bordo de este DS3. 
 Su manejo es alegre y veloz, con buena respuesta de motor a todo régimen. El turbo se ocupa de estar prácticamente disponible desde muy pocas vueltas del motor y su acople es imperceptible. Se lo oye más que nada aliviarse cuando uno viene acelerando y suelta de repente el acelerador. El rival al que todos miran cuando ven al DS3 es al Mini, de BMW. Sin dudas, es el auto a vencer. No solo por el aspecto de auto pequeño, rabioso y llamativo, si o porque en el fondo comparten la motorización, aunque el Mini ofrezca 19cv menos. Diecinueve caballos, que, se sabe, no son la gran brecha en motorizaciones turbo…. Citroën encara el desafío de modo original y racional a la vez. 
Desde el costado original, no se puede negar la ruptura por oposición al pasado que hace Citroën. Nada de recurrir al cliché de revivir viejas glorias reinterpretadas. Diseño nuevo, osado, innovador y sumamente personal, que es imposible pase desapercibido. Primer objetivo: cumplido. Desde lo racional, el DS3 es mucho más habitable que el Mini, es más económico de mantener y mucho más versátil en el uso diario, por ofrecer una suspensión menos comprometida con el uso en ciudad. 
No es un andar mullido, pero tampoco nos fatigará luego de usarlo mucho tiempo en ciudad. En cuanto a la habitabilidad interior, poniendo la butaca del conductor como para mí, que mido 1,75m, atrás yo entro comprimido. Digamos que justo para hacer un viaje corto de 30-40 minutos, no más. El baúl es donde más se nota la diferencia, con 285 litros de capacidad para el DS contra los simbólicos 160 del Mini. 
El consumo es otro tema del cual no puedo dejar de hablar. La eficiencia de los modernos motores turbocomprimidos es inigualable. Hemos obtenido marcas de 3.9 litros cada 100km recorridos a 90km/h en sexta marcha. Obviamente, si lo “pisamos”, el auto se pone voraz, como cualquier motor y el consumo, a la par de las sonrisas, se multiplican. 
El equipamiento de seguridad es el esperado, con 6 airbags, ABS con ayuda la frenado de urgencia y control de tracción y estabilidad ESP desconectable. Completan los ganchos Isofix para sillitas infantiles en las plazas traseras y 5 apoyacabezas con sus cinco cinturones inerciales.
Pero no todo es maravilloso en el DS3. Hay algunas cosas que yo no le perdono. Y no es a la marca, si no a la configuración local: por 135.000 pesos yo pretendería luces delanteras con xenón y navegador con GPS (el Aircross brasileño lo ofrece y la perlita de la Casa no?) El techo de vidrio, o corredizo, si bien varios me lo observaron como faltante, no está disponible ni en origen. 
 Otro ítem que no cumplió con las expectativas fue el equipo de audio. Podría tener un sistema mejorado respecto a cualquier otro PSA “normal”, como es el caso del 207 GTI que ofrece amplificador y parlantes, todo firmado por la marca JBL. 
Pero estos no son ítems que puedan comprometer la decisión de quien apunta a este tipo de autos-juguete. El DS3 es un auto que no defraudará desde lo dinámico, desde el confort y la seguridad y mucho menos desde el diseño, la génesis de toda esta línea DS que recién comienza con este DS3.
 
 
 

Por Christian Kleinberg

Periodista y Arquitecto, escribo en Motorweb Argentina desde el 2009, año en que cree este sitio. Me fascinan los autos y todas sus derivaciones con 2, 4 o 6 ruedas. Soy de Buenos Aires, pero tambien viví en otros lugares del planeta. Entusiasta de los viajes, de los autitos en escala, de los clásicos y del buen diseño.

4 comentarios en «Prueba: Citroën DS3 Sport & Chic»
  1. Si tan solo el 207 gti tuviera eso faros antinieblas………. CHAU DS3…. APARTE, ESE PANEL, PARECIDO AL FIAT 500 NUEVO, MEDIO BRIOSO….. MMMMM Y POR 36000 PESOS MENOS TENGO EL PEUGEOT. ES MAS ME COMPRO EL PEUGEOT PARA LOS FINDE Y UN GOL USASO PARA CABALLO DE BATALLAA….. 2005. DS3, BAJA UN POQUITO QUE ME PARECE QUE TE ESTAS TIRANDO MUY ARRIBA… ESPERO QUE VENGAS CON BUTACAS CALEFACCIONADAS, CONTROL DE PRESION DE NUEMATICOS, UN EQUIPOITO ADECUADO, CONTROL CRUISE, TECHO, SENSOR DE ESTACIONAMIENTO, ETC. SI NO, NO LO VALES NI A PALOS

  2. competir con el mini , A1 , mito . del vamos tiene predida la batalla , citroen no es marca premium , y para posicionarlo para competir con los anteriores tiene que valer mucho menos , por mismo precio (audi , bmw , alfa ) no tiene chances

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