No hay muchos monovolúmenes de siete plazas en nuestro mercado. Para quien tiene una familia con cuatro niños, no queda otra. Como todos los autos tradicionales suelen tener homologación para 5 pasajeros, si necesitamos ser mas abordo, necesariamente deberemos recurrir a un siete plazas. Es el caso de este Citroën C4 Gran Picasso, que manejamos durante una semana y, viaje en familia de por medio, probamos y pudimos sacar muchas conclusiones. La versión probada fue la 2.0 16v, nafta, con caja automática que Citroën Argentina importa desde Vigo, España.

El exterior del auto es característico. Se notan las líneas características de la marca, sobretodo en la trompa. El resto de la carrocería, es de líneas rectas, suaves, atemporales de podría decir, sobretodo de costado. Las grandes luces traseras verticales ubicadas en el parante son como una versión ampliada de las ópticas que ya conocemos del C4 hatchback, dándole aun mas ese aire de familia. Las proporciones de todos los elementos que componen la carrocería están balanceadas estilísticamente, detalle fundamental en vehículos grandes y con amplia superficie lateral.
Que no aparezcan planos infinitos de chapa recta es una necesidad de diseño para que el auto no parezca un furgón y se presente atractivo, dinámico, deseable. El mayor atributo, visto desde afuera, es su enorme parabrisas, que Citroën bautiza Visio-Space, y que se eleva mucho mas allá de un parabrisas tradicional, llegando a ocupar un mínimo de lo que ya es el techo. A los costados, para poder construir semejante plano acristalado, se recurrió a “desarmar” en dos el típico pilar A, agregándose un gran ventilete delantero, por delante de las puertas. El resultado global es muy agradable y elegante, con un halo de modernidad para todo el conjunto.
Adentro es un mundo. Así de simple. Potenciado por la luz que entra tanto por el enorme parabrisas como por del gran techo solar fijo, los límites del interior se desdibujan y uno quiere inmediatamente salir a disfrutar de un buen viaje, de los paisajes. Creo que eso es lo que motiva el C4, viajar y disfrutar. La posición de manejo es muy buena. Mucho mejor que la de cualquier otro monovolumen que normalmente adoptan posiciones más de utilitario. El Grand Picasso no, es más automóvil en su postura de manejo y eso fue una de las cosas que más me gustó.
Las butacas son uno de los grandes atributos del auto. Son comodísimas, amplias y sujetan muy bien. Además están revestidas en ese tipo de tela dura de trama gruesa, que bien cuidada, dura por siempre como nueva, ya lo mencione varias veces. Sin dudas, hasta me gusta más que el cuero, que con el tiempo siempre empieza a mostrar sus arrugas. Al inicio de su comercialización hace ya como un año, las primeras unidades vinieron con otro tapizado, tipo Alcántara, y de color hueso, bien clarito. Ahora los interiores son todos oscuros.

El diseño global del tablero es límpido y de líneas suaves, excelente textura rayada de sus superficies superiores de plástico blando inyectado, que contrastan sobremanera con la complejidad del volante multifunción de centro fijo. Toda la información se muestra en un gran panel central que domina el tablero y debajo de este, ordenada y simétricamente, están algunos comandos secundarios, el gran botón del freno de mano eléctrico, y el equipo de audio, que acertadamente se puede esconder con una puertita que hace aun más sutil todo el diseño de la plancha.
A cada costado, hay una guantera superior con capacidad generosa, además de la guantera tradicional frente al acompañante y el cajoncito enfriador debajo del estéreo, que viene muy bien para mantener alimentos y bebidas frescos durante más tiempo. No es una heladera, es una conservadora, nada distinto de la guantera refrigerada de un sedan importado, solo que esta tiene mucho mas capacidad. Concentrados en el volante, como ya conocemos de los otros C4 nacionales, están todos los comandos de audio, cruise-control, limitador de velocidad, los menú de la computadora de abordo y muy convenientemente, la tecla de recirculación del aire acondicionado (que uno acciona así al toque cuando, por ejemplo, se nos cruza un camión tirando un molesto humo) y la luz interior general, otra cuestión sumamente practica cuando uno va dentro de un ambiente tan grande.
Hay algunos detalles que para mi están demás en este entorno y que me han molestado a ciertas horas del día con el reflejo del sol. Son esos apliques cromados que tienen los botones para abrir las guanteras superiores, los del volante y los de las levas de cambios. Aquí otro ítem que me pareció inútil. Levas de cambios al volante en un auto familiar de potencia normal, no es algo que tenga mucho sentido. La verdad, las use al primer día y ya no las toqué mas, no tenía mucho sentido andar jugueteando con las levas con un auto familiar.
Más allá de estos detalles, el entorno para el conductor es más que agradable y se presenta muy cómodo. La gran cuestión surge del parabrisas tan amplio que a ciertas horas de sol de mediodía, especialmente en ruta, se vuelve un atributo en contra. Pero no es nada que unos anteojos de sol y las enormes aletas parasol, que además son extensibles, no solucionen. Esta “molestia” bien será compensada a otras horas del día con unas visuales panorámicas extendidas que se disfrutan con nuevos entornos, sean ciudades o paisajes naturales.

Las plazas traseras también son muy cómodas y afortunadamente el asiento central es tan útil en anchura como los de los extremos, situación que no siempre se da en esta clase de vehículos. El piso plano ayuda que los tres pasajeros de esa fila vayan cómodos y a gusto, con total seguridad gracias a los tres cinturones inerciales de 3 puntos y sus respectivos apoyacabezas encastrables tipo coma y regulables en altura.
La tercera fila de asientos es un poco más conflictiva por obvias razones: el tren trasero no permite tanta altura necesaria para las piernas de un pasajero allí sentado y es entonces que esas últimas dos plazas serán más destinadas para gente no tan alta o niños. Esas últimas plazas también tienen sus correspondientes elementos de seguridad.
Con la tercera fila desplegada, queda un mínimo de baúl como para unos bolsos. Cuando la tercera fila está replegada, el piso del baúl queda plano y “limpio” ofreciendo un amplio espacio de carga con un cobertor de enrollar (desmontable) bajo en nivel de las ventanillas. Además, las butacas de la fila central son rebatibles. Realmente, es muy modulable el interior y sorprenderá por su versatilidad de uso y vida a bordo. Mala nota para el sistema desmontable del cobertor enrollable del baúl. Es fácil de quitar de su alojamiento, peor bastante complejo de ubicar en otro lado cuando de despliega la tercer fila de asientos. Realmente nos llevó demasiado tiempo cada vez que no quisimos reubicar.
Muy astuto el tema de poner el kit de criquet y llave de ruedas en un nicho en el piso de la segunda fila de asientos. De este modo, a baúl cargado en pleno viaje, no deberemos sacar todo para acceder a las herramientas.
Para enfriar o calefaccionar semejante “monoambiente”, el climatizador tiene cuatro zonas independientes, cada una manejables desde displays luminosos al lado de cada una de las cuatro puertas laterales. Así, ponerse de acuerdo en al temperatura de tantos “habitantes” será mucho más fácil y sectorizada. También los pasajeros de la última fila tienen salidas de aire individuales, aunque sin la posibilidad de regular la temperatura.
Lo que no me pareció intuitivo fue que el climatizador “maestro” que se encuentra del lado izquierdo del conductor quede tan a trasmano de la vista y obligue a veces a desviar demasiado la vista del camino. Las pantallitas tienen una función para apagar su backlight anaranjado de fondo, ya que en un viaje en ruta a noche cerrada molestan un poquito por los reflejos que generan en otras superficies del interior. En general, la climatización fue eficiente en todo momento.

Llegamos al comportamiento dinámico de este C4 Grand Picasso y aquí es donde me quedé con una gran duda : habrá sido la motorización naftera de solo 143cv unida a la caja automática de solo 4 marchas las responsables de que el auto consuma tanto y sea tan lento de mover? Luego de casi 1000 kilómetros de uso, supongo que la conclusión es que es una carrocería que, por volumen, superficie lateral y altura, se llevaría muchísimo mejor con una motorización HDI Diesel Common Rail de 136cv y una caja de 6 velocidades, que con la configuración probada. No creo que sea una cuestión de caballos de fuerza, si no de torque y escalonamiento y cantidad de marchas.
Con 136 caballos y motor HDI, el Gran Picasso debería reaccionar mucho mejor a la vez que bajar los consumos en ruta sirviéndose de una sexta marcha. Usada en la ciudad en “drive”, el andar es suave, sereno, progresivo y los cambios pasan suavemente. Pero volcada a la ruta, las cuatro marchas quedan como pocas, forzando el motor a ir a un régimen que si se superan los 130km/h legales, se convierte en voraz, haciendo dudar si lo que hay debajo del capot es realmente “solo” un 4 cilindros. Es para ir paseando, siempre, y disfrutar de las vistas.

El seteo de las suspensiones es lo de esperar en un vehículo familiar que debe transportar 7 personas. Es mullida, de recorridos largos, lo cual hace que si hay vientos fuertes cruzados en curva se hamaque un poco más de lo previsto. Por suerte, entre el equipamiento de seguridad tenemos el ABS con repartidor de presión, ayuda al frenado de emergencia y el control de estabilidad ESP que se asegurarán que ese hamacado sea solo una sensación pasajera y ningún riesgo real asome.

El C4 Gran Picasso es un vehículo distinto y como tal requiere un manejo propio. No es un auto, pero tampoco es una van. Con lo cual, llevará unos días tomarle la mano, para luego volverse lo más cómodo del mundo. Pasados los primeros dias, se convierte en una especie de alfombra voladora donde uno solo debe sentarse a disfrutar el paisaje.

Los frenos se comportaron eficientemente y no hay mucho para decir en este apartado. Cuatro discos con suficiente poder logran mantener las cosas bajo control.

El equipamiento de confort y seguridad es de primera línea, como casi todo vehículo importado que cumple con un renqueo de 5 estrellas en las pruebas del EuroNcap. Empezando por 7 airbags (incluye el de rodillas para el conductor), ganchos Isofix para los 3 lugares de la fila intermedia, frenos con sistema ABS, repartidor de presión y ayuda al frenado de emergencia, el control de estabilidad y tracción, alarmas para los cinturones de seguridad en todas las plazas, dejan casi todo cubierto. Podríamos pedir faros delanteros al xenón para completar el cuadro de la seguridad.

Por el lado confort, ya mencionamos la increíble modularidad y habitabilidad, el aire acondicionado de 4 zonas, el techo acristalado (con cortina corrediza completamente ciega, como corresponde), un buen estéreo con bluetooth, lector de mp3 y entradas auxiliares, cortinitas enrollables en las ventanillas laterales de la fila intermedia y laterales posteriores, sensores de estacionamiento trasero, sensor crepuscular y de lluvia, freno de mano eléctrico automático, sistema auto-hold para arranque en pendientes y una infinidad de pequeños detalles para la vida a bordo.

A favor de este Grand Picasso podemos mencionar la comodidad interior, los bueno materiales, la dotación de confort y seguridad, el silencio de marcha, la facilidad de uso, la luminosidad y las visuales extendidas.
 
Entre las cuestiones que no me gustaron del Grand Picasso, están el consumo en esta versión naftera y automática, la caja automática de solo 4 marchas, resaltaría la falta de faros delanteros al xenón, y algunos detalles menores de tipo práctico como cromados de más en el tablero que reflejan el sol, la palanquita selectora de cambios de aspecto muy frágil o la complicación de remover el cubre baúl trasero enrollable.

La gama del C4 Grand Picasso en nuestro país se compone de dos versiones, una la naftera probada, y la otra, con motorización HDI 1.6 de 110cv, caja manual de cinco velocidades. Sus precios de lista son, respectivamente, 164.185 Pesos y 159.885 Pesos.
Màs fotos en los albumes de Motorweb en Facebook.

 

 

Por Christian Kleinberg

Periodista y Arquitecto, escribo en Motorweb Argentina desde el 2009, año en que cree este sitio. Me fascinan los autos y todas sus derivaciones con 2, 4 o 6 ruedas. Soy de Buenos Aires, pero tambien viví en otros lugares del planeta. Entusiasta de los viajes, de los autitos en escala, de los clásicos y del buen diseño.

Deja una respuesta