Por febrero del corriente año, asistimos a la presentación (ver nota) de lo nuevo de Honda: se trataba de la GLH 150, un modelo orientado netamente al trabajo que fue muy bien aceptada en el mercado local. Tras algunos meses llegó finalmente la prueba, por lo que nos dimos la oportunidad de manejarla durante algo mas de 500 kilómetros bajo distintas situaciones. De aquí en más les compartimos nuestra opinión.

Una moto de trabajo debe tener por lo menos estas características: estar preparada para soportar carga, precio contenido, fidelidad de su parte mecánica, ser una moto cómoda para pasar varias horas (o kilómetros) al día sobre ella y, por supuesto, con un consumo contenido. De antemano, te aseguramos que la GLH 150 de Honda cumple con todo esto. Cuando la miramos es imposible evitar hacer foco sobre su robusto y cromado portaequipaje, dotado de varios puntos de anclaje, lo que facilita acomodar distintos tipos de bultos.

La intención de Honda es que la GLH 150 se mantenga en el programa Mi Moto (ver detalles). Es decir, estamos hablando de un producto que podríamos comprar totalmente financiado y cubrir frente a las cuotas venideras con el producido del trabajo. En la situación que estamos viviendo no es poca cosa acceder a una herramienta de trabajo sin un desembolso inicial, en un sector de demanda creciente, justamente por la necesidad laboral que enfrentamos.

Prueba: Honda GLH 150 «Gaucha»

No solo esto, sino que también tenemos el respaldo de la bien ganada confianza por la calidad de los productos de la marca del ala. Podemos estar seguros que esta herramienta de trabajo va a estar disponible para su tarea sin interrupciones provocadas por algún desperfecto. Y eso es algo que cada persona que trabaja con su vehículo sabrá apreciar.

Para completar nuestra arbitraria lista de características necesarias para una moto orientada al trabajo debemos hablar de las suspensiones y su asiento. Respecto las primeras presenta una horquilla telescópica convencional y a un juego de amortiguadores hidráulicos con ajuste de precarga en sus resortes, y agradece ya que con pasajero puede llegar a hacer tope y suponemos que con cierto tipo de carga podría pasar lo mismo. Cambiando el reglaje esto mejora. Lo que es indiscutibles es su comodidad ya que claramente no requiere la firmeza de una moto mas deportiva.

El asiento acompaña al conjunto de suspensiones con un muy buen mullido. Hemos pasado varios kilómetros ininterrumpidos sobre los mandos de esta «Gaucha» en recorridos de CABA a La Plata, o de CABA a Carlos Keen (fue algo exagerado) y no se sintí fatiga. Por lo cual a nuestro entender no es una moto solamente urbana, sino que también se puede hacer cierto recorrido interurbano.

En marcha

Algo que notamos con las primeras cuadras sobre ella es que es una moto larga para la cilindrada. ¿En qué influye esto? Conceptualmente una moto más larga aporta mayor estabilidad en altas velocidades, las que esta moto no desarrolla, aunque sí se nota cierta firmeza aún cuando la exigimos un poco: por ejemplo, al superar un camión. «No le gusta» ir a un régimen superior a 8.000 revoluciones, lo que se traduce en una velocidad de 80/90 km/h (dependiendo el peso del piloto, su altura y el viento), si bien su velocidad final puede orillar los 120 km/h, siempre hablando de información brindada por el tablero de instrumentos.

Por el contrario, a una moto «larga» le cuesta más entrar en curvas, que es algo que también sentimos. Quiero aclarar que esto es algo muy sutil en esta moto, pero que se llega a sentir. Ahora bien, no por esto deja de ser una moto ágil en el tráfico urbano, para lo que también ayuda su manillar angosto y sus espejos, que no sobresalen demasiado.

Para cerrar el concepto nos queda hablar de su consumo, el cual es realmente contenido: promediamos unos 350 kilómetros con un tanque, que almacena 10,2 litros. Pero atenti, es un consumo muy variable: puede bajar hasta los 320 km si la exigimos constantemente, o alcanzar una cifra cercana a los 400 km si vamos bien tranquilos. Variación completamente lógica para un motor de estas características. Vale aclarar también que la unidad de prueba no llegaba a los 2000 kilómetros recorridos, por lo cual era un motor todavía «en ablande», por lo que seguramente esas cifras de consumo mejoren.

Motor

Presenta un monocilíndrico de 149,2 cc de cilindrada con distribución OHC (válvulas a la cabeza) y refrigerado por aire, muy parecido al de la Honda Invicta, pero alimentado por inyección electrónica PGM-Fi, lo que garantiza un correcto funcionamiento y encendido en cualquier época del año. Produce una potencia máxima de 12,2 caballos a 8.000 revoluciones, con un torque de 12,6 NM 6.000 rpm, más que correctos para su tamaño. Todo esto asociado a una caja de cinco marchas bien escalonada. Quizá la primer marcha sea algo corta, pero nada que llegue a volverse molesto.

Frenos

Para detener a esta moto los frenos ofrecen tacto y rendimiento aceptables. Podría ser mejor si no fuera por los neumáticos de marca «Cordial» (rodado de 18 pulgadas, con un caucho 80/100 adelante y 90/90 atrás), que se mostraron algo imprecisos cuando los apuramos en una frenada o en ciertos terrenos: por ejemplo cuando nos encontramos con arenilla, empedrados o calles mojadas. Los cambios de nivel en el asfalto y hasta las marcas como sendas peatonales o divisorias de carril no son de su agrado tampoco. Lo bueno es que son cubiertas que se montan sin cámara, facilitándonos la vida en caso de alguna pinchadura. Volviendo a los frenos, en el eje delantero posee un disco de 240 mm de diámetro y en el posterior un tambor de 130 mm.

Hemos visto ciertos reclamos de usuarios y probadores de esta unidad sobre la ausencia de ABS o freno combinado, que si bien serían recibidos con agradecimiento, entendemos que encarecerán demasiado el producto y no los vemos necesarios. Un upgrade de cubiertas es considerablemente más barato y hasta, creemos, más útil en el día a día.

Tablero, diseño e información

El instrumental es completamente análogo a excepción del indicador de marcha, entregado en formato digital. Cuenta con velocímetro, cuenta revoluciones e indicador de combustible mediante visibles agujas, junto a testigos de check y direccionales. La información es muy completa, sobre todo agradecemos el indicador de combustible, pero tenemos una pequeña crítica, más bien personal: agregará o cambiaría el indicador de marchas por un reloj de hora. Me parece mucho más útil. Una persona que se pasa el día trabajando arriba de la moto sabe en qué marcha está con solo escucharla. Si bien no es parte del tablero, pero sí de sus instrumentos, puedo exponer como algo negativo la ausencia de corta corriente. Al menos para mi es de uso habitual.

Diseño

No hemos hablado del diseño aún. Lo fui relegando a medida que escribía ya que no me me parece algo en donde la moto se destaque. Tampoco creo que haya que hacer mucho énfasis en ello, ya que gustos hay tantos como personas. No obstante, la calidad de los materiales es muy buena, sobre todo la pintura del tanque y me gusta también el motor pintado de negro con las letras de la marca en rojo. Recordemos que es una moto de trabajo, no de exposición.

Para concluir, considero que será un producto de éxito para Honda Motos, lanzado en un momento de gran demanda en el segmento. Su precio de lista, de 249.990 pesos, resulta por demás atractivo debido a su calidad, y la posibilidad de financiarlo 100%. La garantía de tres años o 36.000 kilómetros se agrega a la calidad en sí de la marca, por lo que el resultado, en mi opinión, es completamente satisfactorio en caso de estar buscando una verdadera y eficiente herramienta de trabajo.

Ficha técnica Honda GLH 150 (ver aquí).

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Por Sebastián Mattanó

Rider oficial de Motorweb Argentina. Fanático de las dos ruedas desde chico, piloto campeón de Moto3 en el Campeonato Bonaerense de Velocidad. Licenciado en Comercialización, con maestría en Finanzas.

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