¿Finalmente Europa puso una fecha límite para los motores a combustión interna? A partir de 2035 no se podrán vender ese tipo de propulsores, incluídos los diésel, nafta e híbridos. Así lo resolvió el bloque de la Unión Europea en favor del proyecto que debate desde hace más de 2 años. Pero hay una condición que podría salvar a los viejos motores.
La decisión se firmó en Bruselas en las últimas horas por los representantes de los 27 países que integran la Comunidad. Ocurrió tras alcanzar un acuerdo político que finalmente obtuvo luz verde de parte de Alemania, cuyo gobierno se resistía a acompañarla.
La delegación de Suecia (que ejerce la presidencia rotativa del Consejo de la UE informó que el texto obligará a los vehículos nuevos a dejar de emitir CO2. Esta normativa es uno de los pilares del ambicioso plan de Europa para terminar con los motores de combustión interna. Busca alcanzar la neutralidad de carbono en 2050.
Alemania sorprendió a sus socios comunitarios a principios de marzo al bloquear en el último momento el texto que preveía reducir a cero las emisiones de CO2 de los vehículos nuevos. Ese proyecto había sido inclusive aprobado por el Parlamento Europeo en febrero. Imponía de facto una motorización 100% eléctrica para los coches nuevos vendidos a partir de 2035 en el bloque.
Para justificar este giro, el gobierno alemán exigió una propuesta para abrir el camino a los vehículos que funcionen con carburantes sintéticos (ver nota). Pero estos son cuestionados por las ONGs ecologistas que los consideran caros, grandes consumidores de electricidad para su producción y contaminantes.
Al mismo tiempo, numerosos expertos dudan de que esta solución pueda imponerse en el mercado ante los autos eléctricos, cuyo precio debería bajar en los próximos años. Además, el sector ya se anticipó a la normativa europea e invirtió masivamente en la fabricación de vehículos eléctricos.