A partir del día de ayer, Abarth está presente en el salón Rétromobile de París, una de las muestras más importantes para los amantes de los autos clásicos. Y precisamente lo hace con el Fiat-Abarth 850 TC, realizado en 1964 sobre la base de un Fiat 600. El vehículo que se expone es un auto original, que próximamente será restaurado por completo por el equipo Heritage de Stellantis.

Este Fiat-Abarth 850 TC, adquirido por Heritage en condiciones de abandono, recuperó su antiguo esplendor gracias a los técnicos de «Officine Classiche» y a su meticuloso y laborioso trabajo de restauración de la carrocería, la mecánica, el interior y los instrumentos. Actualmente el auto se expone en pleno periodo de restauración, para dar fe de la calidad de la mano de obra de los técnicos.     

                 

En este caso ya se puede advertir el meticuloso trabajo de pintura sobre la carrocería, incluso en el habitáculo, sumado a que los asientos y la tapicería desmontados específicamente para permitir apreciar el trabajo de restauración.

Abarth 850 TC: así era el fitito más poderoso

A pesar de que no lo parezca, el Fiat-Abarth 850 TC es un vehículo puramente de carreras, por la obsesiva atención que Carlo Abarth prestó al rediseño completo de sus coches en cuanto a su mecánica y chasis: un ejemplo es el hecho de que cada biela del motor era equilibrada insertando unas microscópicas pesas de titanio en el componente fundido en metal. Además cada una de las cuales llevaba grabadas las iniciales del operario que realizó el trabajo.

El Fiat-Abarth 850 TC fue el primer coche de la firma del escorpion denominado como «Turismo Competizione». Se trataba por un lado de un «tranquilo» a la vista auto familiar, transformado en un ágil, ligero y rápido auto de carreras que ganó numerosas competiciones europeas.

Los detalles del Fiat-Abarth 850 TC

Carlo Abarth tomó como punto de partida el Fiat 600 D, equipado con un motor de cuatro cilindros en línea de 767 cc, cuya cilindrada se había aumentado a 847 cc, lo que elevaba la potencia del motor a 52 CV a 5.800 rpm. El coche podía alcanzar los 140 km/h, por lo que fue necesario trabajar en el sistema de frenado, en el que los discos sustituyeron a los tambores en las ruedas delanteras.

Posteriormente Abarth realizó modificaciones estéticas para mejorar el rendimiento, entre ellos se le fabricó un paragolpes delantero, que podía albergar un radiador de aceite; para refrigerar aún más el motor que paulatinamente ganaba más potencia. A su vez el portón trasero se mantuvo en una posición elevada mediante soportes, presagiando lo que sería el alerón trasero, otra característica típica de los Abarth.

Los éxitos en la pista no tardaron en llegar, especialmente en las carreras de resistencia que pusieron de relieve tanto las prestaciones como la fiabilidad del 850 TC. Por último, el ejemplar expuesto en el stand tiene su propia historia: se trata de un automóvil que perteneció a la Guardia di Finanza (la policía financiera italiana), que lo utilizó para hacer un reconocimiento de sus actividades de prevención y represión del contrabando.

La misión de Stellantis Heritage es recuperar, salvaguardar y aprovechar el patrimonio histórico de las marcas, así como promover y difundir los valores que aún conservan, tanto participando en eventos del sector como ofreciendo nuevos servicios y oportunidades a los aficionados a los coches clásicos. Entre ellos se incluyen visitas al Heritage Hub de Turín, Certificados de Origen, Certificación de Autenticidad, restauración y muchos otros.

Por René Villegas

Periodista y fanático de los autos y el automovilismo desde que tengo uso de razón. Colaboré en las revistas Auto Plus y Parabrisas, y desde 2019 edito Motorweb Argentina.

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