Probablemente por el tremendo éxito del popular 2CV, la marca de los chevrones no se encuentra catalogada como una especialmente relacionada al mundo de las berlinas lujosas. Sin embargo, Citroën inicialmente fue una marca vinculada con la alta sociedad, y que con el 11 Ligero, el DS Tiburón, o mismo los CX y XM se encargó de mantener ese status, con una innegable cuota revolucionaria. El último exponente de esta zaga fue el C6, aparecido a fines de 2005, pero que obligó a Citroën a abandonar sus intentos por competir en uno de los segmentos más difíciles del mundo debido a su bajo nivel de ventas. 

El C6 llegó para reemplazar el XM, modelo que había estado en producción más tiempo del esperado: desde 1989 hasta 2001. Desarrollar un nuevo exponente del segmento E era demasiado costoso para Citroën, por lo que la puesta en escena se demoró algún tiempo más de lo previsto. La nueva generación estuvo lista recién a fines del año 2005.

Estéticamente, el C6 mostraba un estilo típicamente Citroën. Es decir, no se parecía a nada visto con anterioridad, ni tampoco continuaba una línea de estilo demasiado consensuada. Implantó una nueva idea de diseño para Citroën, en los que las redondeces se hacían presentes en la línea de cintura, o mismo en el capó o en el remate trasero, sin olvidar trazos rectos. El largo total era de 4,91 metros, de un modelo dispuesto a competir por precio con un BMW Serie 5, pero que en equipamiento superaba a un Serie 7. 

Citroën C6: todo lo que nos dejó

Las ópticas delanteras no tenían un tamaño demasiado imponente, pero sí líneas llamativas, rectas y rasgadas. Ambas estaban unidas por dos listones cromados, que en la parte central conformaban el logo de los chevrones, algo que posteriormente llegó a otros modelos de la marca, y que incluso actualmente se mantiene, aunque de una forma más disimulada. 

Pero lo que más llamaba la atención del C6 era su cintura. La línea de las ventanillas se elevaba tímidamente hasta la puerta trasera, y de ahí en más caía. Lo mismo sucedía con la línea superior, aunque esta última cayendo de una manera mucho más violenta, para desembocar en unos imponentes faros traseros salientes y que contorneaban las esquinas traseras. Tanto la tapa de baúl, tremendamente corta, como la luneta cóncava, le daban ese toque incomparablemente único, o a lo sumo con cierta inspiración en el CX si nos ponemos a hilar fino. 

Diseño y características del Citroën C6

Otras de las proporciones llamativas del C6 eran sus pasos de rueda gigantes, algo que lucía junto a llantas de gran tamaño, pero que iba de la mano con la altura en su posición mínima. Es que el C6 contaba con suspensión Hidractiva 3. La misma contaba con un funcionamiento que se basaba en las tradicionales esferas con altura variable hidráulicamente con el mismo líquido de frenos, pero con el agregado de la suspensión electrónica activa, que permitía autonivelar la carrocería automáticamente con control electrónico, no mecánico como en las ediciones previas. Esto lo hacía aún más predictiva y eficiente. 

Otras de las características del C6 pasaban por el alerón trasero activo, que modificaba su posición de acuerdo a al velocidad. Incluso estando parado el mismo ni siquiera podía advertirse. Las luces frontales disponían de xenón para altas y bajas, mientras que los vidrios eran insonorizados, lo que permitía un mejor confort interior. 

En el habitáculo se destacaban elementos poco vistos en modelos de su rango de precios, entre ellos asientos delanteros y traseros con reglajes eléctricos. Podía disponer de climatización automática cuatrizona, e incluso una pantalla central con navegación, cargada dentro de un disco duro. 

Mecánica y el porqué de su fracaso

Las motorizaciones del C6 pasaban por un naftero V6 de tres litros, que rendía 215 CV, o mismo opciones HDi turbo Diesel, ya sea 2.2 de cuatro cilindros en línea, o V6 de 2.7 litros y 204 CV. A nuestro mercado los C6 llegaron a partir de 2007, con una partida inicial compuesta por motores V6, ya sea nafta como Diesel. Sus ventas fueron escasas, y si bien la marca oficializó su despedida recién en el año 2010, lo cierto es que desde 2008 en adelante permaneció casi a la deriva. 

Finalmente, el C6 dejó de producirse en Europa durante el año 2012, sin un reemplazo directo. La producción total, durante algo más de seis años, fue de 23.400 unidades, una cifra muy escasa y que explica porqué la firma no buscó desarrollar un modelo para reemplazarlo inmediatamente. Decimos así por que el nuevo DS 9, presentado recientemente, es una versión moderna de aquel, aunque ahora bajo otra marca, y claro está, sin tantas sorpresas tecnológicas como las que encontrábamos en los Citroën de antaño.

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Por René Villegas

Periodista y fanático de los autos y el automovilismo desde que tengo uso de razón. Colaboré en las revistas Auto Plus y Parabrisas, y desde 2019 edito Motorweb Argentina.

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