En las últimas horas, los controles de alcoholemia y estupefacientes se retomaron con protocolos especiales en diferentes puntos de la Ciudad de Buenos Aires. Fue a partir de la reapertura de bares y restaurantes en el reciente Distanciamiento Social Preventivo y Obligatorio que comenzó a regir en el distrito por la pandemia de coronavirus.

El Gobierno Porteño confirmó que los operativos tendrán todos los cuidados para que no haya riesgo de contagio. Desde el lunes pasado ya se puede circular libremente en el AMBA. Ya no habrá restricciones.

“Consideramos que es el momento para que vuelvan. Se debe garantizar la seguridad de todos los que circulan, y que nadie tenga que sufrir consecuencias porque otra persona comete la imprudencia de manejar alcoholizada”, aseguró Felipe Miguel, jefe de Gabinete porteño.

Las autoridades de la ciudad precisaron que más del 20% de los siniestros fatales registrados están relacionados con el consumo de alcohol debido a que la ingesta de estas sustancias afectan la capacidad para conducir.

Antes y después 

Según se precisó, en enero, febrero y marzo, antes de la implementación del aislamiento social, se habían llevado a cabo 90.592 controles de alcoholemia. De esa cifra, resultaron positivos 1.106 (1,2%).

“Sabemos que alrededor del 21% de los siniestros fatales registrados en la Ciudad de Buenos Aires están relacionados con el consumo de alcohol. Por eso, es nuestra prioridad estar presente en las calles para garantizar la seguridad vial de todos los actores del tránsito», afirmó Juan José Méndez, secretario de Transporte y Obras Públicas porteño.

A partir de la pandemia, la Secretaría de Transporte y Obras Públicas junto al Ministerio de Salud de la Ciudad elaboraron un protocolo especial. Busca prevenir contagios tanto de conductores como de agentes de tránsito en los controles de alcoholemia.

El protocolo estableció que los agentes de tránsito a cargo del operativo mantendrán la distancia social en todo momento. Además, harán uso permanente de barbijo triple capa, guantes de examinación, máscara acrílica y dispondrán de alcohol en gel para desinfectarse las manos.

Protocolos para la pipeta

También se precisó que el agente responsable de manipular el alcoholímetro realizará el recambio de guantes entre control y control. Y tendrá un soporte alargador para mantener la distancia.

“En caso que se obtenga un resultado por encima de los dosajes máximos permitidos, además del procedimiento habitual, se solicitará al presunto contraventor que aguarde dentro del vehículo. Se pedirá que tenga el cubreboca colocado, evitando lo más posible la cercanía con el personal del operativo. Y se dará aviso de cuándo debe abandonar el vehículo”, explicaron desde el Gobierno porteño.

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