Cinquecento: el Fiat pequeño y básico de los noventa

En 1991 Fiat lanzó comercialmente al Cinquecento, un modelo austero y pequeño con carrocería de tres puertas. Diseñado por Giorgetto Giugiaro, era fabricado en Polonia, y estaba orientado tal como el de 1957, a un público masivo en busca de un auto económico. 

Lo curioso es que el Cinquecento no continuó la zaga con números. Probablemente debido a un estilo moderno, que no encajaba con los linajes del original, y cuando poco se hablaba de los diseños retro, se optó por que su nombre fuera con letras, aunque su significado el mismo: 500.

Con líneas rectas y tan solo 3,23 metros de largo, se trataba de un auto citadino, super compacto. También era bastante básico, aunque algunas versiones sumaron con el tiempo equipamiento que para aquellos años comenzaba a resultar necesario, tales como aire acondicionado, llantas de aleación, o vidrios eléctricos. Sus principales rivales eran modelos de marcas asiáticas, aunque la gran mayoría de estos ofrecían carrocería de cinco puertas. 

¿Como era el Cinquecento de los noventa?

Pero el Cinquecento fue diseñado con un concepto diferente al del 500 de 1957. Cuando el primero fue el vehículo encargado de motorizar a Italia tras la segunda guerra mundial, el modelo de los noventa estaba considerado más como un segundo vehículo de la casa: el primer auto de un joven, o de la movilidad para las mujeres.

La mecánica de este citycar estaba compuesta por dos opciones. El primero era un modestísimo motor de 702 cm³ y dos cilindros, con tan solo 28 caballos de fuerza, y que de alguna forma rememoraba tanto al 500 de 1957, como al Topolino, de 1936.

Sin embargo el bicilíndrico no fue la mecánica más vista en la gama. La mayor cantidad de unidades contaron con un motor de 903 cm³ (que luego pasó a 899 cm³ por cuestiones fiscales) con cuatro cilindros en línea y 40 CV. Era el mismo motor que se empleaba el Fiat Panda, un auto incluso más austero que el Cinquecento.

Así es el nuevo Fiat 500 eléctrico

La versión deportiva Sporting elevaba la cilindrada a 1.1 litros y la potencia hasta los 54 CV, brindando algo más de sensaciones, y una estética más que prometedora. 

A diferencia de lo que muchos podrían imaginar, el Cinquecento era producido exclusivamente en Polonia, precisamente en la planta de Tychy, la misma factoría en la que desde 2007 se produce el actual 500. También allí se producirá en serie el nuevo modelo eléctrico (ver nota).

Seicento: su reemplazo

Fiat Seicento

El Cinquecento se produjo hasta 1998, momento en el que Fiat decidió crear un sucesor. Partiendo de la misma plataforma, mediante un profundo rediseño del original, se llevó el nombre a Seicento (seiscientos). Estéticamente mostraba lineas más redondeadas, y un remate trasero más jugado, pero siempre bajo las proporciones cuadradas de la estructura original. 

Con el objetivo puesto en el nuevo milenio, desde 1998 Fiat ofreció al renovado modelo con un interior completamente reformulado, en que se abandonaron completamente los trazos rectos. También ofrecía mayor nivel de seguridad, y rigidez estructural.

El concepto era el mismo que el visto en el Cinquecento, es decir un auto económico y práctico para la ciudad, sin grandes dotes a la hora de llevarlo a una ruta. Sin embargo, y pese a las mejoras, no la pasó bien en las pruebas de choque, que con el tiempo empezaron a ser más exigentes.

Si bien el nuevo Fiat 500 apareció en 2007, el Seicento continuó fabricándose hasta 2010. Es que su «reemplazo» no fue tal, sino que apuntaba a un público más selecto, en busca de diferenciarse del resto. Así el auto inicial de Fiat en Europa, sin dejar de ser accesible, pasó a conjugar diversos aspectos que no habían estado presentes en la oferta de los Cinquicento/Seicento, en que el factor pasional pasaba a ser uno de los principales motivos de compra. 

 

 

Por René Villegas

Periodista y fanático de los autos y el automovilismo desde que tengo uso de razón. Colaboré en las revistas Auto Plus y Parabrisas, y desde 2019 edito Motorweb Argentina.

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