Durante una semana probamos el monovolumen derivado conceptualmente del exitoso Fiat 500. Ahora disponible con sistema «City Stop Braking» de asistencia al frenado automático, lo manejamos por casi mil kilometros para sacar las siguientes conclusiones. Con galería de imágenes exclusivas de Martín Lübel.
Lanzado en Mayo de 2014 en nuestro país, el monovolumen de Fiat se ofrece como una opción muy interesante dentro de este segmento de familiares compactas. Con el halo de diseño del exitoso 500 -aunque en realidad con muy poco en común- este modelo proveniente de Polonia se ofrece en nuestro mercado con una sola opción mecánica y algunos opcionales «sueltos», como son el paquete que incluye techo panorámico mas el sistema de detección de peatones, y el techo en color diferente por otro lado.
Su silueta, que apela a las redondeces que automáticamente nos hacen pensar en el simpático 500, hacen parecer al 500L bastante mas grande de lo que realmente es. Mide solo 4.15 metros de largo total, es decir unos 60 centímetros mas que el pequeño 500. Su altura, la altura de la linea de cintura y su gran superficie vidriada tambien contribuyen a que parezca mas voluminosa de lo que realmente es. El Fiat 500L es uno de esos autos que tienen muy bien aprovechado su espacio interior, en relación al tamaño del auto.
Como te dijimos, la familiaridad con el 500 es solo estética, porque están hechos sobre plataformas bien distintas. En el caso del 500L se utiliza una plataforma similar a la usada por el Punto, compartida con General Motors y a la que se refieren internamente como «plataforma small».
Se lo ve muy bien plantado, con vistosas llantas de 17 pulgadas pintadas/diamantadas y montando neumáticos 225/45, que en nuestra unidad eran Continental EcoContact.
Un recurso de diseño que llama la atención es el uso del «techo flotante», efecto logrado al tener todos los parantes del techo en color negro brillante, en parte con las mismas superficies vidriados que recubren por afuera los diferentes parantes del techo. Este gesto facilita tambien el corte del color carrocería, pudiendo elegir como opcional el techo el color diferente. A los cuatro colores unificados para carrocería y techo, se suman tres opciones de techo diferenciado.
En su interior, el Fiat 500L también tiene una impronta «lúdica» que recurre a los colores y las formas blandas, redondeadas. La disposición de todos los elementos es clara y funcional, quedando todo a la mano del conductor. La posición de manejo es buena, de tipo elevada, y gracias a la regulación en altura y profundidad de la columna de dirección y en altura de las butacas delanteras (con apoyo lumbar de regulación eléctrica), es muy fácil encontrar una posición cómoda. Se suma tambien un apoyabrazos rebatible central, pero solo para el conductor.
En nuestra unidad de pruebas, la tapicería de tela era combinada en tonos negro y rojo, pero según el color exterior del vehículo, tambien hay otra tapicería de tela negra y gris para quien le tenga «temor» a los colores fuertes. La plancha contiene un inserto de todo el ancho del habitáculo que replica el color de la carrocería y que le da mucha personalidad al habitáculo. Con toda esta carga de color, el ambiente interior se muestra alegre y diferente, sin dudas dos características que definen en parte al Fiat 500L.
Nos llamó poderosamente la atención el morrudo pomo de la selectora de cambios, casi del tamaño de una pelota e tenis. Queda simpático a la vista, pero para quienes tengan la mano pequeña les resultará desproporcionado. El freno de mano, tambien un poco raro, juega su carta de personalidad en un ítem menos conflictivo que el de la selectora. Los plásticos interiores son de calidad promedio y son todos rígidos, aunque con muy buenos encastres.
Su aspecto general es bueno, pero al ser un auto importado de Europa esperábamos un poco mas de refinamiento en este rubro, posiblemente con algún inyectado en las partes superiores del tablero y puertas. Buenos encastres, aunque con algunos ruiditos parásitos pese a los escasos 5.000 kilometros que tenia la unidad probada. De todas maneras cumple y queda por encima de la media de fabricación Mercosur.
El cuadro de relojes es simple y bien planteado con los clásicos 4 relojes analógicos independientes. Tal vez las multiples rayitas en la esfera negra de velocímetro y tacómetro confunden un poco, pero nada grave. La punta de las agujas enciende en rojo y corre sobre blanco, logrando un buen contraste a toda hora. El display central entre ellos es típicamente Fiat y lo reconoceremos de haberlo visto con su tipografía anaranjada en otros modelos de la marca, aunque aquí es apenitas mas ancho. Además, la información se ve complementada con el display de 5 pulgadas táctil de la consola central, en el equipo de audio. Allí podremos ver datos del viaje y sobre nuestro consumo en relación a la manera que estamos manejando.
También desde este equipo con pantalla táctil se controla el audio y la telefonía celular y ciertos parámetros de confort del auto. Yendo a las plazas traseras, son muy confortables y amplias. La banqueta trasera, separada en partes asimétricas, está montada sobre correderas, lo que permite moverla hacia delante y atrás, priorizando según se quiera el espacio para las piernas o la capacidad de carga del baúl. También el respaldo de la butaca delantera derecha se puede volcar hacia adelante cuando no se ocupa, permitiendo llevar objetos realmente largos en el interior. Impecable modularidad.
La altura del techo tambien colabora a que se respire una sensación de habitáculo amplio, mas allá de los contenidos 4.15 metros de largo total del auto. Tambien colabora el gran techo panorámico fijo, que es un opcional. Tiene una cortina enrollable eléctrica que tamiza bien los rayos del sol. Excelente el sistema de plegado y movilidad del asiento trasero, que muestra un buen trabajo de la marca italiana en este aspecto. El piso trasero, plano, favorece a los tres pasajeros que tendrán alguna limitación a los ancho, pero igual viajaran cómodos.
El baúl es amplio y acompaña la buena factura que muestra el resto del auto. Con plásticos simples, pero bien armado, el baúl ofrece un piso removible y que se puede calzar como un estante a diferentes alturas, independientemente del cobertor de luneta y del piso del baúl, por sobre el auxilio. Esto hace que el volumen del mismo pase de 343 litros a 400 litros. Y que si rebatimos por completo ambos respaldos, lograremos 1.310 litros totales de carga. Todas las terminaciones del baúl muestran a las claras lo evidente que son los autos importados de afuera del Mercosur. Está completamente revestido y el accionamiento de cada pieza es simple y solido. Debajo del piso encontramos el auxilio, que lamentablemente es (muy) temporal, con los perjuicios que esto puede traer en un viaje por nuestro extenso territorio.
A nivel seguridad, el Fiat 500L tiene todo el equipamiento que pretendemos en un auto familiar. Con sus 6 bolsas de aire (airbags frontales, laterales delanteros y de cortina adelante/atrás), frenos a disco en las cuatro ruedas, con ABS y EBD, control de tracción y estabilidad desconectable, antinieblas delanteros y traseros, un apoyacabezas y un cinturón inercial de 3 puntos para cada una de las 5 plazas del auto y ganchos ISOfix en las plazas traseras, completan una dotación difícilmente equiparable por sus competidores. Además suma faros delanteros con función «cornering» que aumenta la iluminación lateral en las curvas aprovechando el amplio espectro de los antinieblas.
Se suma la exclusividad del «City Stop Breaking», que consiste de un sensor en el parabrisas (en la base del retrovisor) que detecta a bajas velocidades obstáculos en la trayectoria del auto, aplicando los frenos automáticamente. El equipo de confort tambien es muy completo y solo podríamos reclamarle algunos ítems útiles como navegador con GPS, cámara de marcha atrás y sensores de estacionamiento tambien delanteros, mientras que por el lado de la vanidad otros podrían pedir un tapizado de cuero.
Llegamos al punto mas conflictivo de nuestra prueba a este modelo: la motorización. El Fiat 500L llega a nuestro país con una sola opción, el naftero FIRE de 1.4 litros y 95 caballos combinado con una caja manual de 6 marchas. El motor tiene su potencia máxima a las 6.000 rpm. El torque máximo es de 127 Nm y se encuentra a las 4.500 rpm. Traducido en sensaciones, el motor le queda chico para un vehículo de 1250 Kilos que debe transportar a 5 personas y equipaje y requiere ser siempre llevado a ritmo alegre para poder obtener lo mejor del propulsor.
Muchos podrán analizar que otros rivales de franja no tienen mucho mas potencia, pero en el caso del 500L estamos frente a un vehículo de mas porte, mas alto, con las resistencia aerodinámica y mas capacidad de carga. Entonces, los pocos caballos y el torque justo de este motor aspirado de solo 95 cv no lo ayudan mucho a enfrentar viajes en familia o en rutas de montaña. Con el auto cargado, en rutas de doble mano como las que abundan en nuestra querida Argentina, la situacion se torna un poco mas complicada.
En ciudad en cambio se desenvuelve con soltura en el andar cotidiano. Y muchos mas si vamos de a una o dos personas. Se mueve ágil, en gran parte gracias a la caja de sexta que tiene las primeras tres marchas muy bien relacionadas y sacan provecho del motor, siempre pensando en que la mayor fuerza del motor está por encima de las 4.000 rpm.
Es situaciones de ruta abierta es en las que pensamos que es una lastima no contar con un motor con turbo en el 500L, ya sea el maravilloso MultiJet de 95cv que probáramos con la Strada Trekking (ver prueba), o con el 1.4 Turbo naftero que supo tener el Bravo. Los consumos resultaron muy buenos, con medias de 7 litros cada 100 km en ruta y unos 8.5 l/100 Km en la ciudad. En ruta viaja en sexta a 2800 rpm, un régimen bastante descansado que prioriza un mejor consumo, pero requiere que bajemos hasta dos cambios si pretendemos hacer algún «sorpasso».
Impecables tanto los frenos, que con sus cuatro discos mostraron buen tacto y buenas distancias de frenado, y las suspensiones, que resuelven muy correctamente todas las situaciones, siempre teniendo en cuenta que estamos al volante de un auto familiar y de silueta elevada. La dirección tambien se siente muy bien, y ofrece la opción «CITY» que aliviana la dirección -eléctrica- en el uso urbano y en maniobras de estacionamiento.
Para quien es entonces este Fiat 500L? Sería un familiar IMBATIBLE en nuestro mercado si no fuera por la elección a nivel motor que hizo Fiat Argentina. NO es que esté mal, pero opaca el resto del auto, que es muy bueno! Seguramente hay variadas explicaciones, de contexto, de rentabilidad, de coyuntura como para no ampliar la gama local. Quien no querría vender mas autos si fuera tan facil? Para aquellas personas que le dan uso principal en ciudad o viajes cortos en autopista sin demasiada carga o pasajeros, el modelo resultará optimo. Seguro, cómodo, modulable y bien construido. Para quienes en cambio pretenden viajar y viajar con el auto cargado hasta el techo, tal vez les cueste manejarse a velocidades medidas y pensar muy bien las maniobras en ruta. Es cierto que tampoco abundan motorizaciones mas modernas y elásticas en este tipo de arquitectura de vehículos en nuestro mercado, así que…
El Fiat 500L se comercializa en Argentina desde 263.700 Pesos para su versión «Pop Star». A esta versión se le pueden sumar el pack opcional que incluye el techo panorámico y el City Stop y que se denomina «Luxury», tal y como la probamos nosotros, por un poco mas de 10.000 Pesos extras. La garantía es de 3 años o 100.000 kilometros.
Que nos encantó del Fiat 500L:
Espacio interior/amplitud
Calidad general
Equipamiento completo
Nivel de seguridad elevado
Caja de sexta
Diseño original
Que no le perdonamos al Fiat 500L:
Prestaciones modestas
Aceleración / Recuperaciones
Rueda de Auxilio temporal
Sin GPS
