Prueba: Hyundai Santa Fe 2.4 AT 4x4

Es mas larga, mas ancha y mas baja que el modelo que reemplaza. Se trata de un nuevo capítulo de la Hyundai Santa Fe en todo el mundo. Su diseño, mucho mas moderno y osado que antes, muestra un vehículo con mas aristas, de aspecto mas deportivo, que se inspira en los nuevos diseños de la marca coreana, que en breve tendrán mas exponentes novedosos en nuestro mercado con el inminente lanzamiento de los medianos i30 y Elantra. Hyundai lo llama «Fluidic Design» y le imprime, en líneas generales, mucho mas nervio y carácter al Sport Utility de la marca.

La trompa del Santa Fé está marcada por su gran parrilla cromada de listones gruesos, y faros principales bien rasgados. En el paragolpes delantero, la silueta también generosa de los faros antiniebla le hacen de contrapunto a las ópticas principales y junto a unos insertos de plásticos negro -que recorren todo el perímetro bajo de la carrocería- componen una trompa con el grado justo de agresividad.

Los laterales, marcados por una marcada nervadura que une virtualmente las aristas de la óptica delantera con el faros trasero, pasan por la linea de las manijas de puerta y le dan marcado movimiento a la chapa cuando pasan por sobre cada rueda. La línea del aventanamiento es ascendente y termina en una tercera ventanilla lateral de superficie muy pequeña. Todos estos recursos de diseño hacen que semejante lateral amplio no se «lea» como pesado al ojo y que el conjunto parezca dinámico y ligero. La cola del Santa Fe está también muy bien trabajada a nivel estético.

Las superficies tienen su complejidad de aristas y una entrante grande confirmada por el porta-patente y los faros. El paragolpes, recibe esos insertos de plástico negro rugoso que le dan la vuelta a todo el auto y sirven como para «cortar» un poco tanto volumen. En lo bajo, hay unos ojos de gato que curiosamente, no incluyen, aunque así lo parezca, los antinieblas traseros.

Adentro el Santa Fé es un repertorio de lo que ofrece de bueno hoy por hoy el gigante coreano. Muy buen calidad de terminación, materiales agradables tanto a la vista como al tacto y un planteo muy similar al resto de los modelos de la marca. Es decir, clúster de relojes del tablero con dos grandes esferas, cuyo frente está cortado al bies, visera por sobre estos dos cilindros que alojan velocímetro y cuentavueltas, mas una consola central que adopta un partido típicamente coreano, el de las salidas de aire verticales a los lados del equipo de audio y mas abajo el climatizador de grandes dimensiones.

El interior de la unidad de prueba prioriza el tono oscuro, con tapizados de cuero en las versiones 4×4, pero también hay tapicerías beige y gris en combinación con algunos colores exteriores de carrocería. La disposición de los comandos en todo el tablero es simple y racional y todo queda al alcance de la mano. Hay volante con comandos de audio, de la telefonía Bluetooth desde donde se puede atender o realizar llamados, un equipamiento que era una gran deuda en la Santa Fé anterior.

También el control de velocidad crucero se maneja cómodamente desde el volante, así como el «FLEX STEER» el sistema que hace que uno pueda optar entre tres niveles de asistencia de la dirección (eléctrica) variando entre modos «Comfort», «Normal» y «Sport». La posición de manejo es muy cómoda, del tipo relajada, como amerita un vehículo de neto corte familiar como es la Santa Fe. La butaca del conductor es de regulación eléctrica, apoyo lumbar incluido, y gracias a la regulación en profundidad y altura de la columna de dirección, no hay modo que alguien no encuentre su posición ideal.

El ambiente interior del Santa Fé es casi el de un auto de los que por estos lares llamamos «Premium», término trillado si los hay. A ver, la marca Hyundai es relativamente nueva, y si nos vamos antes de la década de los ’70 no encontramos mucho rastro de ella. Pero en esta última década sobre todo, los coreanos se han superado a si mismos varias veces y el resultado son vehículos bien armados, sólidos, prácticos, con mucha atención al detalle y mecánicas nobles.

Y ahí está este nuevo Santa Fé, con puertas que abren y cierran con una dulzura y contundencia como en autos de mucho mas renombre y precio, con burleterías implacables y una insonorización que nos asombró por su nivel de estanqueidad. Plásticos atractivos tanto a la vista como al tacto, botones y teclas que al accionarse nos responden con esa sensación de buena calidad que no abunda últimamente entre los constructores generalistas.

Gracias al techo panorámico, el habitáculo recibe luminosidad, que ademas se puede atenuar con una cortinilla eléctrica completamente ciega que nos reparará del sol en verano. Queda claro que Hyundai no es una marca Premium tal vez por falta de blasones, porque el cuero no es cuero y porque faltan aun muchos detalles de terminación «lujosa» y algunos plásticos secundarios podrían ser un poco mejores, pero sin dudas se está posicionando como una de las generalistas de mejores terminaciones y detalles del mercado. Y no es por nada que en los mercados mas exigentes como Estados Unidos o Europa, crece año a año en ventas y en las encuestas de satisfacción de clientes.

La motorización de la versión que probamos es un 4 cilindros naftero de 2.4 litros de cilindrada y 16 válvulas, con 175 cv potencia y 231 Nm de torque que están disponibles desde las 3750 rpm. Nuestra unidad de pruebas tenía caja automática de 6 marchas, que permite también su uso en modo secuencial. Hyundai Argentina también ofrece una caja manual para este motor, así como para la otra motorización disponible, una Turbodiesel de 197cv.

El 2.4 nafta es un propulsor de prestaciones muy domésticas, que permitirán viajar con tranquilidad, pero si vamos cargados, merecerá tener suficiente espacio para los sobrepasos. Los 1870 Kg de peso en orden de marcha del Hyundai Santa Fe 2.4 AT se hacen sentir y no es un chiste desplazar semejante peso. No obstante, el 2.4 se las arregla muy bien y ofrece prestaciones acordes al perfil familiar del vehículo, con suficiente agilidad en la ciudad y crucerear a velocidad sostenida en rutas.

Pero aquí también entra en juego el consumo, ya que entre la silueta elevada y el peso (como todo SUV de este tamaño), si la «pisamos» fuerte, el consumo se dispara. Hasta los 130 km/h, rodando en sexta marcha, o con el modo ECO seleccionado (mediante una tecla a la izquierda del conductor), el consumo en ruta se mantendrá debajo de los 11 litros cada 100 kilómetros. En ciudad, en cambio, el consumo es mayor por las continuas aceleradas y frenadas, y trepa hasta un consumo urbano de 13.5 litros cada 100 km recorridos. Son números elevados si los comparamos con un auto, pero están dentro de la media en esta clase de vehículos S.U.V.

El andar del Santa Fe es un capítulo a resaltar. Suave y silencioso en toda circunstancia, los viajes de larga distancia se tornan un verdadero placer para quien guste de estas virtudes. El ambiente interior, bien terminado, amplio y luminoso, se completa perfectamente con el bajo ruido de marcha, incluso a velocidades superiores. Parte de este confort de marcha se debe a las suspensiones, bien seteadas tanto para off road liviano como para ruta y ciudad, con esquemas independientes tanto en el eje delantero como trasero.

El eje trasero con ruedas independientes garantiza un correcto apoyo de cada rueda en condiciones de curvas o desniveles de terreno, favoreciendo la comodidad a bordo. De todos modos, se trata de un todo terreno para uso liviano, esporádico, y no un 4×4 puro y duro destinado a travesías demandantes. Tiene tracción en las cuatro ruedas, pero es a demanda según el vehículo entienda que falta tracción.

La mayoría del tiempo las ruedas que traccionan son las delanteras, y en caso de necesidad, se puede bloquear, mediante una tecla en el tablero, la tracción al 50% de reparto entre el eje delantero y trasero. Queda así repartida la fuerza hasta una velocidad de 50km/h. Además, para asistirnos en trepadas y descensos, ofrece controles electrónicos denominados DAB y HAC.

Otro de los aspectos que hay que resaltar de esta generación del Santa Fé, son sus poderosos frenos. Con 4 discos, y particularmente con discos delanteros de 16″ pulgadas de diámetro (!) la respuesta del pedal es asombrosa para un vehículo de este porte. Ofrece distancias de frenado de 100 km/h a 0 en tan solo 39 metros, una cifra que envidiará mas de un buen sedán mediano. Los discos delanteros son ventilados y los traseros, sólidos.

El equipamiento de las Santa Fe que llegan a la Argentina es generoso y solo podemos buscarle dos o tres faltantes relevantes. El resto, cumplirá con la expectativa de todos. Ofrece un alto nivel de seguridad, con 6 airbags, frenos con ABS y control de tracción y estabilidad, apoya-cabezas regulables y cinturones inerciales de tres puntos para todos sus ocupantes, fijaciones ISOfix traseras para sillitas infantiles, cámara de visión trasera (un ítem de seguridad que será obligatorio en Estados Unidos desde el año próximo en todos los autos y camionetas) y faros antinieblas delanteros.

Quedan -llamativamente- en el debe, los faros antiniebla traseros, además de los aros delanteros de xenón, no disponibles en nuestro país. Tampoco tiene navegador con GPS, un ítem que debería ser de serie dado el precio del vehículo.

El resto del equipamiento de confort es profuso y hay tapicería de cuero, climatizador bizona y con salidas posteriores, incluso para la tercera fila de asientos cuando elijamos esta configuración, el mencionado techo panorámico, un equipo de sonido completo con 6 parlantes, conectividad de toda clase, pantalla táctil LCD de 4.3″, sistema Bluetooth,

cortinillas laterales traseras enrollables en la contrapuerta (ideal para que no les de el sol a los bebés o niños pequeños!), levantacristales, espejos y butaca conductor todos de regulaciones eléctricas, volante multifunción, guantera refrigerada, control de velocidad crucero, sensor de lluvia y de estacionamiento trasero acústico, y una notable modularidad de las plazas traseras, que se rebaten en formato 4:2:4, además de permitir correr hacia adelante y atrás los asientos, y rebatir algunos grados el respaldo posterior para mayor comodidad.

El baúl, de gran capacidad en esta versión de 5 plazas, ofrece 558 litros de capacidad, unos 57 mas que la generación anterior. Ademas, se puede rebatir como dijimos, los asientos traseros total o parcialmente. El piso del baúl tiene compartimientos bajo piso, prolijamente dispuestos y realizados con gran atención al detalle. Es en los baúles donde uno se da cuenta si realmente hay esmero en las terminaciones.

La rueda de auxilio, homogénea con las otras 4, es decir con el mismo neumático y la misma llanta de aleación, está ubicada por debajo del piso del Santa Fe, a la intemperie. Esto redunda en dos molestias : primero, que es susceptible a posibles robos y amerita una cadena extra de seguridad, y segundo, que cuando la necesitemos, la encontraremos sucia inexorablemente.

La gama Santa Fé se articula en una cantidad de variantes, con opción a motor naftero o diesel, caja automática o manual y 5 o 7 plazas. Los precios van desde los 51.000 Dolares para la versión de entrada con caja manual y tracción simple (2.4 nafta 6MT 2WD Full) hasta los u$s 78.500 del 2.2 CRDi turbo diesel Full Seguridad Premium 4×4 con caja automática. La versión probada, es la 2.4 naftera 4×4 Full Seguridad Premium con caja automática y 5 asientos, y cuesta 62.500 Dólares. La garantía, como nos tiene acostumbrados Hyundai, es de tres años o 100.000 kilómetros.