Hay autos que son distintos, muy distintos. Y en el caso del Toyota Prius, creo que hay dos características notorias frente al resto de los autos. Una, la mas evidente, es que se trata de un auto HÍBRIDO, es decir una combinación entre motor de combustión interna a nafta y un segundo motor, eléctrico. La segunda, mucho mas sutil y subjetiva, es su diseño, que grita a las claras, «soy diferente». Te contamos nuestras impresiones de manejo y conclusiones a lo largo de casi 1.000 kilómetros recorridos a bordo del Toyota Prius.
El Prius es el primer auto de su tipo en venderse en Argentina, esto también es un hecho para no dejar de lado. Solo es acompañado en nuestro mercado por otro híbrido aunque mucho mas grande y caro, como es el Porsche Cayenne. Y es por eso que, por mas que no sea una novedad de ultimo minuto ya que se vende en el país desde el 2011, las varias coberturas que realizamos a Salones Internacionales nos llenaron de curiosidad sobre la cantidad de marcas que ofrecen en el Viejo mundo opciones híbridas. Que mejor entonces que experimentar como funciona, en la vida diaria y sobre suelo local, una de las tecnologías que está cambiando el paradigma de la motorización automotriz.
El Prius es la tercera generación del primer auto híbrido del mundo producido en gran escala. El primer modelo salió en Japón hacia 1997, y en el 2000 se empezó a vender en otros mercados globales. Esta tercera generación ademas tuvo un acertado restyling presentado en el Salón de Frankfurt del 2011, donde lo conocimos por primera vez. Y es este modelo el que probamos y que se vende en Argentina.
Es un hatchback mediano de 5 puertas y de 4.48 metros de largo. Y hasta aquí es todo normal. Su aspecto no obstante, es original y se lo nota bien moderno y de lineas muy propias, raramente confundible con otro modelo. He aquí una de las cualidades del Prius : difícilmente no te des cuenta que es un Prius, y como su carrocería es exclusiva del modelo, también vas a saber enseguida que estas frente a un híbrido. «EL» híbrido. Este modelo es también uno de los autos mas aerodinámicos de la actualidad, con un Cd declarado de 0.25.
Esta particularidad se logró en base a una silueta muy trabajada en el túnel de viento, y que no casualmente dotó al auto de su peculiar forma, con trompa y colas tan lanzadas y un remate trunco. Entre otras soluciones, la parte inferior del chasis está completamente carenada, sumado a recursos como unas «jorobitas» en la parte posterior del techo, las llantas que aleación que por encima de ellas llevan unas tazas plásticas que favorecen la aerodinamia y hasta una aleta invertida debajo de auto para ayudar a la estabilidad a altas velocidades.
Nada está librado al azar en el Prius y se diseño hasta el ultimo detalle. Todo está centrado en dos objetivos primordiales : primero, consumir y contaminar lo menos posible. Segundo, generar la menor resistencia al desplazamiento, para justamente consumir menos. Para ello se ha estudiado al máximo el peso de cada componente del auto y su eficiencia aerodinámica para facilitar el desplazamiento y minimizar el roce. Hasta las cubiertas son especificas para disminuir la resistencia al avance.
Todo esto es en muy resumidas cuentas lo que hay detrás de las formas del auto, el porque de ser diferente. Es un laboratorio andante, probado y verificado, de la mas alta eficiencia en consumo de toda clase de recursos. Desde la poca nafta que utiliza, hasta como acopla el aire acondicionado, o como las luces son todas en leds, incluyendo las bajas, que parecen de xenón pero que son en realidad un par de leds con parábola que mantienen contenido el consumo de energía.
Hoy día estamos acostumbrados a mirar/comprar/pensar en autos por su aspecto, su marketing, sus prestaciones, sus colores o texturas interiores, sus «chiches». Pero reparamos poco en el «detrás de la escena» del por qué un auto tiene soluciones de un tipo u otro. En el caso del Prius, todo tiene un por qué y todo está racionalmente estudiado.
El habitáculo del auto es amplio, muy amplio, y cómodo. Dominan los colores claros y el diseño despojado, limpio, lineal. Hay simpleza que emana tecnología, desarrollo. Llaman la atención los respaldos de las butacas delanteras muy finitos, que pese a parecer incómodos a simple vista, logran, con máxima sujeción y comodidad, reducir el peso de las butacas y maximizar el espacio interior sin amenazar el confort. Nos sentamos al mando del Prius y vemos una consola central predominante, alta, casi a la altura de un reposabrazos. Una consola «aérea» que por debajo es hueco y da lugar a un practico portaobjetos.
Ésta se integra a la plancha, que ostenta un display central superior donde se muestran todas las funciones e indicaciones vitales del auto. Ademas, se apoya en el display central del equipo de audio, que sirve también para ilustrar a los pasajeros sobre el flujo de la energía, como va cambiando durante la marcha a medida que se pasa del modo eléctrico al modo naftero o al modo de regeneración de energía y recarga de las baterías. Completa un sistema «HUD» (=»Head Up Display», como tienen los aviones caza-bombarderos, y que proyecta la velocidad en la cara interna del parabrisas, solo visible a los ojos de quien conduce).
La posición de manejo es muy cómoda y todo queda a la mano, con característica racionalidad japonesa. Desde allí se domina con claridad todo el entorno, salvo por la vista hacia atrás un poco conflictiva dado el angulo en que cae la luneta. Esto se compensa con una ventanilla apaisada adicional en la base de la luneta, pero de todos modos la visión es limitada para atrás.
No en vano el Prius viene de fabrica con una cámara de marcha atrás que muestra, a color y con fidelidad en el monitor del centro de la consola, lo que sucede detrás del vehículo. El resto de la visibilidad no presenta inconvenientes. Probamos por cientos de kilómetros en ruta el andar del Prius y todos los pasajeros van comodísimos. Lo mismo en la ciudad, donde la suavidad y el silencio de la marcha se tornan un bálsamo, frente al caos de la urbe.
Las plazas traseras también son amplias y acomodan bien a 3 pasajeros, aunque el del medio irá levemente mas comprimido, en parte también por la forma misma del asiento que prioriza a los pasajeros laterales. Del lado derecho del respaldo trasero, a la base del mismo y cercano a la puerta, una rejilla sirve para ventilar el pack de baterías, y es importante no obstruirlo en ningún momento.
El baúl es amplio, aunque de altura escasa. Debajo de el está la rueda de auxilio, homogénea tanto en tamaño como en diseño con las demás como nos gusta y COMO CORRESPONDE para no alterar ninguna de las condiciones del viaje en caso de pinchadura. Mas adelante de la rueda de auxilio, en el mismo plano, se encuentra el paquete de baterías del auto, las que lo hacen mover en modo eléctrico («E.V.») y que se recargan con el frenado o desaceleración del auto.
El baúl tiene una capacidad razonable con 445 litros, que pueden ser ampliados rebatiendo los respaldos de los asientos traseros, en partes asimétricas. Lo que no nos apreció practico es que el revestimiento del baul sea en un alfombrado tan claro, que se ensucia fácilmente por ejemplo, con las ruedas de cualquier valija o cochecito de bebé que rodó previamente por el piso. También en el afán de ahorrar peso, el cubre-baúl es del tipo enrollable, solución muy común en los autos familiares.
El manejo del Toyota Prius es la experiencia mas jugosa del test. Nos subimos con la llave en el bolsillo, que que su sola presencia destraba las puertas y permite darle arranque sin ponerla en ningún orificio. Pisando el freno y apretando el botón de «START» en la plancha, el display superior del tablero nos da la bienvenida gráficamente y nos indica que el auto está listo para ser operado. Sin ruidos, sin el clasico giro de un arranque mecánico, el auto ya se puede mover. Digamos que es raro, que hay algo en la escena que no es habitual. Ponemos la pequeña palanquita selectora en modo «DRIVE» y el Prius comienza su silencioso desplazamiento. Hasta los 40 km/h y si somos muy gentiles con el acelerador, por 1.6 kilómetros el auto andará netamente a batería (en modo «EV»). Si pisamos mas fuerte el pedal derecho, el auto pide ayuda al motor a nafta y entra en funcionamiento automáticamente, acoplándose al eléctrico.
El motor a nafta del Prius, tampoco es el mas común de los motores. No es un ciclo de Otto, como el 99% de los motores nafteros del planeta. Se trata de un ciclo diferente, llamado ATKINSON, que con 1.8 litros de cilindrada, 4 cilindros y distribución variable VVT-i eroga 100cv de potencia y 142Nm de torque. El motor de ATKINSON tiene un distinto rendimiento si lo comparamos a uno tradicional. El tiempo de compresión en los cilindros difiere del de expansión, con lo cual se torna mucho mas económico en el consumo de combustible, pero rinde menos potencia que un equivalente con ciclo de Otto. Junto a un motor eléctrico de 650 Volts, 82cv y 207 Nm de par, conforman lo que Toyota denomina como «Hybrid Synergy Drive», un sistema híbrido de motorización que finalmente en conjunto rinde 136cv.
El resultado de esta combinación es un andar suave, ágil (bastante mas ágil de lo que yo me imaginaba a priori), y un consumo combinado irrisorio. Para darnos cuenta de lo que hablamos, en un periplo de casi 900 km en ruta, el Prius solo consumió 5.7 litros cada 100 kilómetros recorridos! esto es equivalente a que hayamos gastado únicamente unos 40 litros de nafta premium para ir ida y vuelta desde la ciudad de Buenos Aires hasta la ciudad de Pinamar, en la costa atlántica. Y no significó necesariamente ir a 90 km/h todo el camino, si no mantener velocidades estables de entre 100 y 130 km/h donde el transito permitía esa marcha y con toda una familia a bordo.
La caja automática del tipo CVT del Prius se encarga de ofrecer un pasaje de marchas continuo y sin tironeos. En ruta, para efectuar esos vertiginosos «sorpassos» de micros o camiones en nuestras anacrónicas rutas de una sola mano, lo mas conveniente es apretar la tecla «Power Mode» en la consola, al lado de la selectora de cambios, que brinda el mayor rendimiento de todo el conjunto híbrido. Así, con soltura podemos superar a otros vehículos sin temor a quedarnos cortos de potencia. Si no apretáramos este botón antes, el Prius detectará si pisamos con fuerza y hasta el fondo el pedal derecho, y se pondrá automáticamente en este modo de máxima potencia. La alternancia entre los modos nafteros, eléctrico o híbrido, se va alternando a medida que las necesidades de potencia o velocidad lo requieran, peor sin alterar en nada la marcha suave del Prius.
Para frenar, este Toyota híbrido recurre a discos delanteros ventilados y discos traseros sólidos, que cumplen mas que bien su función con buena respuesta y excelente dosificación del pedal. Acompaña al conjunto de seguridad el sistema ABS y el control de tracción (TRC) y estabilidad (VSC). Completan la dotación de seguridad, un equipo de 7 airbags, incluido el de rodillas para el conductor.
Al Prius no le falta nada para ser un auto interesantísimo. Bueno, en realidad le falta un solo ítem de confort que es el GPS incorporado, como trae en algunos otro mercados. Por el resto cumple con absolutamente todo lo que le podríamos pedir a un auto moderno, eficiente y muy bien construido. Es cómodo, amplio, de muy buena calidad, silencioso, bien equipado, seguro, rápido, hipertecnológico, original y con un respaldo de marca imbatible. Y entonces ?
Bueno, al Toyota Prius en nuestro país lo penaliza directamente el Estado. Contrariamente a lo que hacen otros países, nuestro Estado boicotea el avance de las nuevas tecnologías amigables con el planeta. Si, el auto que puede hacer casi todo muy bien, es ameno con el medio ambiente, contamina menos, usa poca nafta (genial para países como el nuestro donde el combustible no abunda), es seguro, es importado por una terminal con amplia producción local, que da trabajo genuino a miles de argentinos, es PENALIZADO con impuestos distorsivos como si fuera un objeto importado suntuario (* ver aclaracion al pie de la nota).
A un precio local de 60.700 dolares, el auto del cual ya se han vendido casi 3 millones de unidades en todo el planeta, es un bicho curioso en Argentina. Si yo fuera presidente por un día, sin dudas favorecería la importación y venta de esta clase de autos híbridos. Quien sabe, con todas las reservas de litio que posee Argentina, hasta podría resultar un negoción por otro lado. Si yo fuera intendente por un día, al menos condonaría el pago de patentes por al menos los dos primeros años de vida de los autos híbridos, como sucede en otras urbes del mundo. Mientras tanto, para los que puedan pagar 60.700 dolares por esta maravilla tecnológica, no se queden con las ganas. Es un gran invento!
Que nos encantó del Toyota Prius:
- Calidad general
- Respuesta y funcionamiento del sistema híbrido
- Consumo muy contenido
- Comodidad del habitáculo
- Confort de marcha
Que no le perdonamos al Toyota Prius:
- Falta GPS incorporado de serie
- Precio altísimo (aunque por factores ajenos)
- Revestimientos del baul demasiado claros
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(*) Impuestos internos sobre Automóviles denominados “Vehículos de lujo” Gravamen de 10% (tasa efectiva 11.11%) a la venta de vehículos cuyo precio de venta al concesionario sin impuestos, incluidos opcionales, supere los $150.000. Considerando la normativa de este gravamen, los siguientes productos de la línea Toyota se encuentran alcanzados por este impuesto: Land Cruiser 200, Land Cruiser Prado, Camry, Prius, SW4, RAV 4 (en sus dos versiones 4×4) y 86.
Si bien es cierto que está alcanzado por el impuesto que se menciona, el Prius sí ha sufrido una exención impositiva por ser vehículo extrazona, reduciendo del 35% al 2% el arancel que le correspondería pagar.
Estamos de acuerdo en que es insuficiente pero corresponde aclarar este punto
El Prius perdió la exencion impositiva en el 2012.
Diego, eso duró un satiamén al momento del lanzamiento y para los titulares nomás. Hoy el Prius está doblemente castigado por impuestos como si fuera un objeto suntuario y no un invento que nos beneficia a todos….
Hola Chris! Impecable! Y para cuando la prueba del 86?