Los sedanes familiares ya no son lo que eran hace unos años. En el giro de poco tiempo, todas las marcas renovaron sus propuestas de «alta gama Mercosur» -aquellos sedanes derivados de hatchbacks europeos del segmento C- y ofrecen ya propuestas modernas, muy equipadas y seguras. Uno de los aspectos que mas tardaron en actualizar las marcas generalistas, es la propuesta de motorizaciones modernas y eficientes. Entre todos estos sedanes aparece el Renault Fluence Sport que son discreta presencia, se revela como una de las opciones mas racionales del mercado. Prueba a fondo de la versión mas interesante del sedán cordobés, con fotos de nuestro colaborador Martín Lübel.
El auto esta fabricado en Santa Isabel, Provincia de Córdoba, pero su corazón -bautizado TCe 180- viene importado de Francia, para completar en lo alto la gama del Fluence. Derivado de la plataforma del Megane III que probamos hace poco tiempo, este Fluence llegó con sutiles modificaciones respecto al 2.0 16v Privilege, con un nivel de contenidos altísimo y con un motor que es una perlita escondida dentro de nuestro mercado. Veamos por qué.
Muchos me han dicho que ven al Fluence demasiado grandote. Puede ser, pero es lo que el mercado pide últimamente en esta clase de sedanes medianos, y el producto del Rombo no es excepción Calzado con llantas de 17 pulgadas (sobre neumáticos 205-50), el Fluence Sport no le hace honor a su denominación a nivel estético ni por asomo. Tal vez algún fanático y avezado observador diferencie que trae el modelo de llantas «Schuss» en vez de las «Monitor» del Privilege, o que sus faros delanteros tiene proyectores en vez de parábolas, mientras que debajo de ellos, en el paragolpes delanteros, asoman las tapitas de los lava-faros retráctiles. Pero acá se terminan las diferencias con el Privilege (al menos con el Privilege AT, porque el Privilege manual tiene llantas de 16″).
Sus lineas son ondulantes y requieren una segunda mirada para apreciarlas bien y comprender el trabajo de los diseñadores que han creado un sedan totalmente diferente del 5 puertas del cual deriva, con trompa y cola especificas. Es un auto bien diseñado, con lineas rectoras claras, pero que se pierden un poco según el color de la carrocería. Su aspecto es discreto y esto sea posiblemente su mejor carta para aquellos que pretendan algo diferente y de bajo perfil, sin por ello resignar un muy buen producto con grandes contenidos.
Adentro el Fluence es amplio y cómodo, pero no todo lo que se supondría viéndolo de afuera. Se nota allí que la plataforma y el habitáculo son los del Megane III, y que lo que mas ha crecido ha sido la cola y el baúl, con una muy buena capacidad de 530 litros. Puertas adentro, el habitáculo es un tanto severo a la vista y la presentación en color completamente negro, salvo unos pocos apliques plásticos color aluminio en tablero y contrapuertas. Puede que tanto negro sea muy practico a nivel limpieza y mantenimiento, pero bien podría ofrecer alguna otra combinación de colores o tapicerías.
Lo hemos visto en interiores de Megane III en Europa, lo tenemos aquí con el Fluence Privilege, y por cierto ganan mucho en aspecto y en la calidez del ambiente. Los pespuntes con costuras en hilo blanco y el centro de los asientos en cuero perforado le dan un buen toque estético y redondean una propuesta sobria, pero efectivamente muy correcta y sin criticas objetivas mas que la del gusto personal.
El interior del Sport no ofrece modificaciones respecto a un Privilege Manual como para que uno al sentarse piense «estoy a bordo de una versión deportiva». Posiblemente lo mas efectivo para estas ambientaciones es recurrir a butacas con un perfil diferente a las comunes, de esas que te agarran mucho mejor en cuerpo. Sin llegar a las Recaro superdeportivas del Megane RS, hay en el catalogo de la marca en Europa, buenas butacas mas acordes a darle un tono deportivo al modelo. Hace poco en el Salón de San Pablo (Brasil) había expuesta una versión «GT», que ademas de aditamentos aerodinámicos exteriores, sumaba costuras interiores en hilo rojo y unas butacas especificas, justamente remarcando esta cuestión de la «deportividad» (y lo pongo así entre comillas porque la deportividad en un sedán familiar es ciertamente relativa). Se rumorea, aunque no es oficial que esa versión mas llamativa podría también sumarse al catalogo local.
Las calidades de los plásticos son muy buenas, y prácticamente no notamos diferencias al tacto o de ensamblaje respecto al Megane III turco. La plancha entera es de un inyectado de grano grueso, de muy buena calidad percibida. El accionamiento de teclas y comandos es preciso y todo parece muy bien armado, robusto. Circulando en ciudad, rutas y hasta calles empedradas notamos buena aislacion y por sobre todo, sensación de compacidad, atributo que uno no siempre percibe en autos nacionales. Eso nos gustó mucho realmente.
La posición de manejo es muy cómoda, ya lo habíamos recalcado en el Megane III de cual emula exactamente todo el habitáculo. Es fácil acomodarse mas allá de cualquier complexión física. Lo que menos nos agradó fue lo plano que es el cojín de las butacas delanteras, porque nos gustan con un poco mas de sujeción lateral. Falta la regulación lumbar para el conductor y si nos ponemos exquisitos, el calefaccionado de los asientos delanteros, que parece inútil el ciertos climas, pero cuando hace mucho frío y en combinación con el cuero que tanto se enfría, se agradece muchísimo.
Las visuales hacia afuera son muy buenas, aunque con el auto de color claro nos llamó un poco la atención como se juntan el filo del capot a la base de los limpiaparabrisas, con el montante «A» (el del parabrisas); vistos desde adentro, es como que este encuentro volumétrico está mas alto que el plano de visión del conductor. No molesta, peor rinde cuentas de lo alto de la trompa del modelo y el blanco de nuestra unidad lo destacaba mas aun. Los retrovisores son de tamaño correcto y hacia atrás completan el dominio del auto unos sensores de estacionamiento, aunque solo sonoros y desconectables desde la plancha mediante una tecla a la izquierda del volante.
Habíamos dicho en su momento que el esta generación de Renaults tenía una lógica propia en el accionamiento de algunos comandos accesorios, como la computadora de abordo, el reseteo de los odometros parciales, el cruise control, o todos los seteos propios del completo equipo de audio/telefonía/navegación GPS. Una vez entendido «el sistema», uno se amiga con el el y rápidamente le encuentra el punto justo, peor al principio requiere de cierta «dedicación exclusiva».
El comando de la caja manual de sexta, con un pomo de cambios de buena empuñadura, cae bien cerca de la mano, y aunque de accionamiento preciso, podría tener un «feeling» un poco mas deportivo, acompañando las pretensiones del modelo. Los recorridos entre cambio y cambio son promedio.
Atrás es cómodo, y los tres pasajeros tendrán su apoyacabezas tipo «coma encastrable» (para no obstaculizar la visión hacia atrás cuando no se usan) regulables en altura, ademas de su propio cinturón inercial de 3 puntos. Muy bien aquí, solo faltan los ganchos ISOfix para sillitas infantiles. Un faltante que no se entiende en un modelo con tan elevada dotación de seguridad.
Ponemos en marcha el Fluence Sport con su botón de encendido en la consola central, y salimos a disfrutar lo mas sobresaliente del modelo en cuestión su motorización Se trata de un motor importado de Francia, de 4 cilindros, 2 litros de cilindrada, tapa de 16 válvulas que con la adopción de un turbo eroga 180cv de potencia y un torque muy bueno de 300Nm a 2250 vueltas del motor. No es el mismo motor 2.0 del Privilege, que es de origen Nissan y con distribución a cadena. Este TCe 180 es puramente Renault y es la misma base, aunque con muchas modificaciones, que utiliza el 2.0 del Megane RS. Es un motor de eso que pueden llevarse con un hilo de gas, o bien llevarlo alegre a altas vueltas, donde emite un sonido sutilmente agradable. Al turbocompresor no se lo escuchó en ninguna circunstancia.
El motor es sumamente elástico y su andar en ciudad es suave y de consumo razonable, con 11 litros cada 100km recorridos dentro de la urbe y con el aire acondicionado funcionando. El consumo en ruta baja bastante, casi a la mitad! Nos dió un promedio de 6.5 litros cada 100 km recorridos a 130 km/h, lo cual habla de un propulsor eficiente, muy bien emparentado con la caja de cambios de 6 marchas y que prácticamente no necesita de rebajes para sobrepasos. El consumo mas alto en ciudad posiblemente se deba a los mas de 1300 kilos de peso del auto y la ubicación del máximo torque a las 2250 rpm, con lo cual uno a veces se abusa del pedal derecho para lograr una buena respuesta desde parado. En ruta, con el peso ya lanzado, el Fluence Sport se mueve como pez en el agua y es en donde mas lo disfrutamos. Sus dotes ruteras son innegables y la respuesta lineal y progresiva a todo régimen del motor, convierten a los viajes largos en placentero manejo.
Las suspensiones son claramente dirigidas al andar confortable, recalcado por el perfil alto de las cubiertas de 17 pulgadas (205-50) que absorben todas las imperfecciones de la calzada con soltura. El recorrido de las suspensiones es un poco largo si lo apuramos en curvas cerradas y hay un poco de rolido, que se podría evitar con espirales mas acordes al perfil Sport buscado. El despeje es elevado y esto permite moverse con comodidad en caminos secundarios o de tierra sin temores.
Claramente lo que priorizaron los ingenieros de Renault fue un desempeño dinámico cómodo en toda situación, andar solido, y que lidie en el punto necesario con las prestaciones del motor Turbo. Es decir, no es un auto de compartimento deportivo, es un sedan familiar de altas prestaciones que resuelve bien todas las situaciones sin destacarse particularmente en ninguna. Muy equilibrado para el usuario común. El frenado, con discos ventilados adelante y discos sólidos atrás, es correcto para su segmento. Por supuesto ofrece antibloqueo con ABS, Asistencia al Frenado de Urgencia (AFU) y encendido automático de balizas. Para el ayuda al control dinámico del auto cuenta de serie con el sistema ESP desconectable. Completan la dotación de seguridad, seis airbags (frontales, laterales de tórax y de cortina delanteros/traseros) y faros antinieblas adelante y atrás.
Las prestaciones del Fluence Sport son acordes a lo esperable: la marca declara una velocidad máxima de 213 km/h. Acelerándolo a fondo desde 0 a los 100km/h pudimos tener un registro de 8.7 segundos, lo cual es una muy buena marca para un sedan de 1300 kilos.
El nivel de confort del auto es muy bueno y su dotación de serie incluye el tapizado de cuero mencionado, el climatizador automático bizona, navegador con GPS con control remoto (como ya vimos en el Megane III), techo corredizo y pivotante eléctrico, la llave a tarjeta muy cómoda y que no requiere siquiera sacarla del bolsillo para abrir o cerrar el auto, plegado eléctrico de los retrovisores, volante regulable en altura y profundidad, control de velocidad crucero y también regulador de velocidad máxima. La llave tarjeta ademas tiene un botón para apertura remota de la tapa del baúl y para encendido a voluntad de las luces bajas del auto, una solución muy astuta en la que uno las puede encender solo si realmente necesita esa iluminación extra, sin necesidad de tener configurado un sistema «coming/leaving-home» que enciende siempre, incluso a veces llamando la atención indeseadamente. Hay comando satelital de audio y telefonía adosado a un un sistema «3D sound by Arkamys» con doble antena, MP3, USB y Bluetooth. Guantera refrigerada, alarma volumétrica y espejo retrovisor central con antideslumbrante automático también son parte del nutrido equipamiento del Fluence Sport.
El baúl del modelo es amplio, de 530 litros, aunque sus bisagras intrusivas invaden mucho el volumen de carga. Atención con poner cosas delicadas en el recorrido de estas bisagras porque indefectiblemente chocarán en cuanto se cierre la tapa del baúl! este sistema, mecánico de apertura cuenta también con una serie de varillas ocultas en el «techo» interno del baúl (debajo de la luneta) que retienen la tapa cuando está abierta en cualquier punto de su recorrido.
De todo modos, debemos reclamarle la falta de manijas internas para bajar la tapa del baúl. Uno termina siempre tocando la pintura del auto, ensuciándose las manos si el auto está sucio, o bien marcando la pintura si estuviera recién lavada. Bajo el piso del baúl, se aloja el auxilio (bien por no ser externo!) y las herramientas. Lamentamos que el Fluence no tenga una rueda de auxilio homogénea con el resto, ya que viene con una llanta de chapa con neumático convencional, pero sin ser de la misma medida que el resto. Ya lo dijimos mil veces, en Argentina, por sus distancias, sus condiciones de seguridad y su actual mercado de reposición restringido y enrarecido, es realmente importante que el auxilio sea homogéneo con el resto, es decir, misma llanta de aleación, montada en un quinto neumático idéntico al resto.
El precio del Fluence Sport es otro de sus puntos fuertes. A 174.000 Pesos, y con semejante propuesta de motorización, confort y seguridad, es una excelente opción para quien busque un mediano grande de 4 puertas y cómodo baúl. Ademas, con un motor muy eficiente que ofrece muy buenas prestaciones, puede ser un grata opción rutera para quien viaje seguido. Hay pocas opciones para un sedan generalista como este.
Sus más marcados competidores son el Volkswagen Vento 2.0 TSI Sportline de caja manual, que es mas caro (201.000 Pesos), y encima tiene algunos equipamientos de serie caros en falta, como el Xenon y el GPS, pero es mas potente y ágil El Peugeot 408 Sport sería otro contrincante de peso, pero solo se ofrece con caja automática, así que no son del todo comparables, aunque de relacion rpecio producto muy aprejas (también 174.000 Pesos). El Chevrolet Cruze sedán y el Focus II EXE no ofrecen ninguna motorización tan potente y moderna, ademas de menor equipamiento.
La garantía es muy buena, de 3 años o 100.000 kilómetros.
Que nos encantó del Renault Fluence Sport :
- Motorización
- Eficiencia/consumo
- Solidez general
- Equipamiento de confort y seguridad
- Andar confortable
- Faros delanteros con xenón auto-regulable y lavafaros
Que no le perdonamos al Renault Fluence Sport:
- Falta de auxilio homogeneo
- Butacas delanteras con muy poca sujeción lateral
- Falta apoyo lumbar en butaca conductor
- Faltan Ganchos ISOfix
- Sin calienta asientos delanteros
Estimado Editor.-
He leído la nota, siguiendo vuestra sugerencia ante mi comentario acerca de que el Vento es superior en el segmento.-
Comparto que el motor de este Renault es digno de alabanza. Sin embargo continúo en mi postura.-
Este Fluence representa un avance marcado respecto al Megane II, a tal punto que lo puso en la disputa del segmento, en el que el Vento antes lideraba «más cómodo»
El Fluece tiene un interior agradable y un equipamiento acorde. A gusto personal no dejo de ver en su aspecto exterior un auto oriental; con algunas soluciones discutibles como el color de las manijas, las baguetas de las puertas (desentonan) y una trompa poco agresiva y atractiva. Son gustos igual, no obstante en rendimiento, el Vento tiene más CV, y mejores prestaciones. Más allá de eso, interesantísimo está el segmento.
Igualmente yo no veo que en la nota se diga que el Fluence es superior al Vento TSI.
El Vento tiene un plus de potencia y un eje trasero independiente, lo cual le da ventajas en lo mecánico frente al Fluence. El navegador, el Xenon no alcanzan para equipararlo al VW.
Enzo y Walter, es un opción muy valida quien antes solo podía elegir el Vento de 200cv. Y encima, este Fluence es bastante mas barato. Y agrega xenon (con proyectores, lavafaros y autoregulacion, como corresponde) y GPS a la oferta. Al que le guste su aspecto, tiene acá una opción mas que interesante. Gracias por leer y opinar.