Prueba: Mercedes C250 Avantgarde

Poco hay para hacer introducción sobre Mercedes Benz. La marca que cumplió 125 años y es uno de los padres de los automóviles es sinónimo de calidad y tecnología en todo el planeta. En esta oportunidad probamos durante una semana el modelo C250 de la Clase C, en versión Avantgarde, equipado con un eficiente motor de 204 cv y kit estético AMG. Pros, contra y curiosidades de un sedán impecable. Fotos por Martín Lübel.

No es fácil sentarse a escribir sobre un Mercedes. La experiencia siempre es positiva detrás del volante de cualquier exponente de la marca, pero también es objetivo hablar de la edad del modelo, que ya acusa mas de 4 años de vida y un restyling intermedio en 2011. La tecnología, la seguridad, la motorización siguen a la vanguardia en este modelo, siendo tal vez la habitabilidad interior lo que mas denota su edad.

Por fuera, el Clase C de esta generación, la tercera desde 1990 y denominada W204 para este sedán, es inconfundiblemente Mercedes. De líneas claras y clásicas  es uno de los modelos que a su debut marcaron el inicio de una renovación del estilo de la marca, con aspecto mas jovial y dinámico que en carrocerías anteriores. Ademas, la unidad probada tenía un kit deportivo AMG, que ofrece paragolpes delantero y trasero sutilmente mas perfilados, llantas de aleación de diseño especifico, lo cual le proporcionaba un aspecto mas agresivo y mas deportivo.

A nivel mecánico, el C250 engaña un poco con su denominación numérica y no se trata de un motor 2.5, si no de un moderno y eficiente motor 1.8 con turbo, que eroga 204 cv y con un torque interesantísimo de 310 Nm desde las 2.000rpm. Unido únicamente a una caja automática 7G-tronic Plus se trata de un motor potente, eficiente y muy interesante, que se comporta en todo momento como un motor de mayor cubicaje, salvo en el consumo.

Con el último restyling, el Clase C renovó las ópticas delanteras, que ahora incluyen, además de los proyectores de bixenón en esta versión C250 Avantgarde, leds de marcha diurna, guiños delanteros de leds y una suerte de  segundo juegos de luces diurnas de leds, en los paragolpes delanteros. Las traseras también son nuevas e incorporaron además de acrílicos transparentes sin facetado, tiras de leds para casi todas las funciones, salvo la marcha atrás que sigue recurriendo a la inefable lamparita. Parte del paragolpes trasero tiene un símil difusor trasero en lo bajo de color negro, que acentúa el aspecto de deportividad que se busca en esta versión. Las versiones de 4 cilindros como esta tiene una sola salida ovalada de escape, dejando la doble salida a los extremos para la versión AMG C63.

El interior del C250 Avantgarde es sobrio y se respira su ambientación teutónica en cada rincón. Orientado hacia una decoración mas deportiva y moderna, el Avantgarde recurre al uso de color negro, combinando un tapizado de cuero y de textil. En la plancha y en las contrapuertas, los insertos de aluminio real cepillado le dan un aspecto mas «tecno», aportando también luminosidad y claridad para cortar tanto negro severo.

El tacto de los materiales y la impecabilidad de los encastres, sumado al accionar de cada tecla, comando o botón, resaltan el carácter premium de la marca, y se destacan frente a cualquier otro constructor de prestigio. Cada pieza que uno mueve devuelve un funcionamiento suave y preciso, como de perfecta relojería. Hasta las terminaciones mas banales, en guantera, baúl y demás partes secundarias son el reflejo de una ingeniería profunda, que ha repasado cada detalle sin dejar nada al azar.

Es fácil encontrar la posición al volante, con todo tipo de regulaciones de la butaca y de la regulación en altura y profundidad del volante. Nos llamó la atención lo hundido del centro de los respaldos de las butacas delanteras  que abrazan con determinación al cuerpo. Normalmente suelen ser mas los cojines de los asientos los que se perfilan mas, pero en este caso el respaldo marca mucho mas la sujeción lateral. Tiene apoyo lumbar manual, y el resto de las regulaciones de la butaca son eléctricas. La excepción es la inclinación del cojín del conductor, un gran acierto que permite que uno pueda estirar bastante las piernas sin sentir que el borde se nos clava en la parte trasera de las rodillas.

El volante, multifunción y con levas por detrás para comandar de modo manual la caja 7G-tronic tiene un muy buen grip, y acciona un dirección con un grado de asistencia impecable. Me llamó particularmente la atención la dulzura con la que gira el volante. No hablamos del grado de la asistencia si no el funcionamiento en sí de cómo se siente al tacto el girar de la dirección. A velocidad alta, en cambio, podría tener un nivel de endurecimiento mayor, quedando sensible a los movimientos bruscos.

Todos los comandos quedan a la mano, y son sencillos de operar, salvo el freno de mano, que es a pedal, con liberación manual, algo típico de Mercedes, pero que hoy día tranquilamente podría ser completamente eléctrico  mucho mas cómodo y simple. Mención aparte para el Navegador con GPS.  Excelentes gráficos, información completa y precisa. Hasta ahora, de los navegadores originales que hemos probado en nuestro país, el de Mercedes es el de mejor prestaciones. El equipo de audio incluye entrada USB/Ipod/lector de CD con mp3, conexión Bluetooth para manos libres.

En las plazas traseras tal vez se nota mas la edad del modelo, ya que la habitabilidad es un tanto justa si lo que van adelante son muy altos. No es muy grave, pero con competidores mas recientes se nota que el segmento ha crecido algunos centímetros en este aspecto.

Andando el Mercedes C250 Avantgarde muestra una suavidad absoluta. Con 204 cv de potencia, 20 caballos más que la versión de entrada C200, se muestra sereno en ciudad y cuando somos gentiles con el pedal derecho, pero resuelve también con contundencia los llamados del acelerador.

El motor 1.8 Turbo tiene un torque elevado, de 310 Nm como ya dijimos, lo cual, sumado a la caja de 7 relaciones ofrece cambios y pasajes de marchas muy rápidos y sin sobresaltos. Es muy elástico y cuando andamos en modo «DRIVE» completamente automática, el auto ni siquiera informa cuál número de marcha está utilizando. Desde una tecla pequeña al lado de la selectora, podemos pasar al modo Manual y al modo Sport, donde podemos «tirar cambios» hasta el corte de inyección a las 6500 rpm.

De todos modos, nos dió la sensación de que este C250 Avantgarde es un auto con tendencias deportivas, pero no de andar netamente deportivo. Es un gran rutero, veloz y preciso, con un trabajo de suspensiones impecables, que filtran  todo lo que sucede debajo de las ruedas,  absorbiendo con soltura las imperfecciones del camino. En ciudad también es muy confortable, y se las arregla muy bien para mantener el confort, pese a neumáticos de perfil bajo en medida diferenciada 225-45-17 adelante y 245-40-17 atrás. Donde menos cómodo se siente en en lo trabado, en curvas cerradas, donde los 1500 Kilos de peso  se hacen sentir. En lo veloz, se adueña de los curvones rápidos con total aplomo y da gusto sentir como va apoyado como un tren.

El consumo es uno de los puntos fuertes de este C250, con tecnologías «BLUE efficiency», todas direccionadas a minimizar el gasto de combustible. En ciudad, se conforma con 9 litros cada 100 km. recorrido, marca que baja en ruta a 5.5 litros cada 100 si crucereamos tranquilos a 130 km/h. Acelera de 0 a 100 en 7.4 segundos y la fábrica declara una velocidad máxima de 240 km/h. Completan la escena dinámica, frenos de gran poder, que mediante discos ventilados adelante y sólidos atrás detienen al C250 en distancias cortas y sin titubeos. El pedal del freno tiene un tacto firme, de buen recorrido que permite dosificarlo con comodidad.

El baúl tiene una capacidad de 475 litros y es esta parte del auto también una referencia que estamos frente a un premium. Impecables terminaciones, todas las superficies revestidas, plásticos protectores, botiquín, balizas de emergencia. Creemos que un baúl bien terminado es la clara evidencia de cuando una marca hace las cosas bien y el Clase C es uno de estos casos. Bajo el piso, se aloja la rueda de auxilio, con llanta homogénea de aleación y neumático de la misma marca y modelo de los demás, en este caso, Pirelli P-Zero.

Esta versión del Clase C, el C250 Blue Efficiency Avantgarde con caja 7G-tronic Plus cuesta 73.900 dólares. Para quien quiera gastar menos, pero aun así obtener todo el nivel de seguridad, serenidad, bajo consumo y elevada calidad, existe una versión denominada C200 CITY, que relegando ciertos elementos de confort, se comercializa a tentadores 217.000 Pesos, un valor que pone en aprietos incluso a marcas generalistas dentro de este mismo segmento. La garantía, de 2 años aunque sin limite de kilometraje podría ser mas extensa, considerando el tipo de marca del cual estamos hablando.

Que nos encantó del C250 Avantgarde:

• calidad general
• solidez estructural
• atención a los detalles
• eficiencia del motor
• suspensiones
• conjunto caja/motor

Que no le perdonamos al C250 Avantgarde:

• habitabilidad posterior
• Freno de estacionamiento a pedal
• garantía de solo 2 años
• precio elevado

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