Luego de probar las versiones del Chevrolet Cruze sedán LTZ, primero con motorizacion naftera y luego con la Turbodiesel, le llega el turno ahora a la segunda carrocería de la gama, de 5 puertas en formato «fastback». Ademas, aprovechamos el test para sumar otra novedad de la familia Cruze, la caja automatica de 6 relaciones.

El Cruze sin dudas es un auto atractivo: sacamos esta conclusión no solo de apreciaciones personales (o subjetivas), si no también de los comentarios de la gente  durante las anteriores pruebas que le realizamos en su versión sedán. Con el hatchback de 5 puertas, el interés de la gente que nos fuimos cruzando durante el test fue el mismo: aprobación general sobre la nueva silueta del modelo y mucho interés en sus versiones.

La otra novedad es que nos subimos a una unidad con caja automática de 6 relaciones, pero de eso hablaremos más adelante.

De aspecto robusto y bien plantado, el Cruze hatchback solo difiere del sedan de la puerta de atrás hacia la cola. Su aspecto es bien solido, deportivo y hasta me atrevo a decir que es una pena que no haya disponible una versión  más radical con un motor de 200cv -o mas- que seguramente tendría una optima recepción en el mercado. El chasis del auto claramente esta para más que los 141cv del 1.8 naftero. Sus líneas son modernas, agresivas e inspiran carácter, siendo imposible confundirlo con otro vehículo.

El Cruze  Hatch-Back de 5 puertas (o HB5), es nueve centímetros más corto que el sedán, distancia que se logra reduciendo el voladizo trasero, es decir la medida entre la rueda trasera y la cola del auto. Así, con proporciones  más acordes al remate de cola tan lanzado, y una línea de techo sutilmente diferente, el Cruze HB5 se presenta mucho mas dinámico -o deportivo- en aspecto que el sedan de 4 puertas. No obstante esto, el habitáculo es exactamente igual por dentro, con la misma comodidad interior que su hermano de 4 puertas.

Cambia mucho la forma del baúl, que en el HB es más bajo, reduciendo su capacidad a 413 litros. No es mucho lo que se pierde en volumen, pero se gana en practicidad de carga, ya el enorme portón trasero y su luneta desmontable, sumado a los respaldos abatibles propician posibilidades de cargo mayores a las del tradicional baúl, aumentando la capacidad. El baúl, se lo ve un poco mejor terminado que el del sedan, ya que su modo de apertura deja todo el interior del mismo a la vista, sin puntos ocultos, obligando a un completo y prolijo revestimiento del compartimiento. La rueda de auxilio está alojada bajo un piso alfombrado removible de buena calidad y sobre todo, de buen espesor. Es del mismo tamaño que las otras cuatro ruedas, pero tiene llanta de chapa. Hubiéramos preferido una quinta rueda homogénea con el resto.

A nivel equipamiento, en esta versión LTZ  hay pocas diferencias con el sedan manual. Una de ellas es el arranque sin llave  que se realiza mediante un botón en la plancha, muy cercano a donde iría el tambor de la llave tradicional. A decir verdad, la integración de este botón merecería una mejor terminación, ya que si bien es una sutileza, el modo en que está recortado el plástico e insertada a nivel la tecla, presenta algún borde anguloso que debería haberse evitado. Sobre todo porque uno pone el dedo allí a diario y la percepción de calidad táctil es sumamente “alcahueta”. Pero remarcamos, no es un tema mayor, solo una sutileza en percepción.

Por el resto, la únicas otras diferencias que encontramos están del lado de afuera y una también tiene que ver con el uso de la llave. Posee una tecla táctil sobre la manija delantera que permite trabar el auto sin el uso de la llave. La otra diferencia es el aplique de cromados alrededor de los faros antinieblas delanteros.

Adentro, todo es similar a los otros Cruze LTZ ya probados: buena calidad general, excelentes encastres y un habitáculo cómodo, no el más grande entre sus competidores, pero extremadamente amable, luminoso y actual. Realmente me siento cómodo dentro del Cruze.

El andar del Cruze HB5 es muy  similar al del Cruze Sedan, con sutilezas imperceptibles en algunas curvas. Siempre se dice que las carrocerías cortas y sin cola son más divertidas a la hora del manejo veloz en curvas cerradas y que los sedanes tricuerpo aprovechan mejor su volumetría a altas velocidades. El caso es que el Cruze HB5, montado en sus llantas de 17 pulgadas con neumáticos en medida 215/50, va siempre muy bien apoyado y trasmite agradables sensaciones de manejo a medias y altas velocidades. Decíamos que se nota que tiene un chasis que daría para más potencia y esto se siente en un manejo aplomado, muy bueno para un mediano generalista sin entonaciones deportivas específicas.  Es prolijo en las curvas y no requiere ir llevándolo o corrigiéndolo como otras competidores de su segmento. En ciudad en cambio el andar es más  seco, en parte por el perfil de los cauchos, pero también por una suspensión tal vez mas pensada globalmente que para nuestras alicaídas calles. La posición de manejo es impecable, y uno “encastra” en el puesto de conducción muy bien, con múltiples regulaciones (es un ejemplo en términos de recorrido en  altura de la butaca del conductor!) y una ergonomía acertada.

La caja automática, que es de 6 relaciones y está ligada al motor ECOtec 1.8 de 16 válvulas y 141cv (@6200 rpm), está orientada netamente al confort. Del tipo convencional, es decir con convertidor de par, tiene una lógica lograda y permite igual algunas licencias al manejar un poco más osadamente. Insisto, no es deportiva en su pasaje de cambios, pero no es una caja 100% paseandera como otras cajas convencionales. En ciudad a regímenes bajos es un poco perezosa, pero subiendo las RPM, la dupla motor-caja se sienten más a gusto y sacan mejor rendimiento del conjunto mecánico. Se puede usar en modo drive o en modo secuencial, haciendo uno mismo los pasajes de marcha únicamente a través de la selectora. Usado “manualmente”, se pueden estirar los cambios hasta el corte, pero no tiene demasiado sentido ya que su potencia máxima se encuentra a 6200 rpms. La velocidad máxima, declarada por la marca es de 195 km/h y se obtiene en quinta marcha, ya que en sexta, con el afán de consumir menos, la relación baja y se llega solo a 186 km/h.

El confort de marcha es silencioso, pero podríamos separar el tema aislaciones en dos capítulos diferentes: uno corresponde a todo el trabajo de burletería,  filtraciones eólicas o del tren de rodaje y la otra es la del motor. El  primero el Cruze lo supera con creces, pero el segundo no tanto, ya que el ruido del motor se cuela bastante en la cabina y a menos que a uno le guste el “run-run” del motor, molesta cuando el motor gira a altos regímenes. Mas allá de esto, el clima en el habitáculo es muy agradable y cumple con todo lo que uno le pueda pedir.

Los frenos del Cruze también son algo para destacar, ya que con pedal firme y buen poder gracias a sus 4 discos, logran contener al Cruze en buenas distancias y sin titubeos. El ABS solo entra en acción cuando es realmente necesario. Tiene control de tracción y estabilidad desconectable, que permite dosificar mejor la potencia en caso de enfrentarse momentáneamente con suelos resbaladizos, como la nieve o el barro.

El consumo del Cruze con caja automática se ve un poco penalizado en la ciudad. El leve patinamiento de la caja sumado a que ésta busca estirar los cambios al régimen donde consigue mas torque del motor, elevan el consumo de nafta. En cambio en ruta, y gracias a la sexta marcha, viaja incluso más descansado que su par de caja manual, logrando mejores consumos

A nivel equipamiento, es válido lo ya ponderado cuando probamos los otros dos Cruze LTZ, con el agregado del arranque y el bloqueo Keyless, sin llave. Impecable la dotación de seguridad, como corresponde a un auto de standard mundial, que se vende con idénticas opciones aquí, en Europa o Asia. Y lo más importante, lo que no se ve, es que puede hacer gala de pasar las más estrictas pruebas de choque europeas y norteamericanas. Esto es importante recalcarlo porque no es lo mismo que el modelo similar al que se fabrica en el Mercosur pase en otro lado estas pruebas, si no que sean estas mismas unidades, todas del mismo origen, las que sean capaces de sortear estos avatares con éxito.

Sigue en deuda respecto a ofrecer un navegador GPS, faros al xenón y también podríamos reclamar un climatizador bizona.

En resumidas cuentas, el Cruze HB5, para quienes gusten de este formato de carrocerías, es una muy buena opción de diseño, calidad y equipamiento con nivel mundial. Además, tiene la ventaja de no tener mucha competencia, ya que no abundan los 5 puertas medianos en nuestro mercado.

Entre sus competidores podemos encontrar al Renault Megane III (importado de Turquía), el Ford Focus II (nacional, aunque con un equipamiento de seguridad mucho más limitado), el Peugeot 308 (nacional) y el Citroën C4 (también nacional). Entre otros importados, sutilmente más arriba en precio  aunque técnicamente del mismo segmento, tenemos al Alfa Romeo Giulietta, al BMW Serie 1 y al Audi A3.

El precio del Cruze 1.8 LTZ hatchback es de 138.540 Pesos para la versión manual y 148.160 Pesos para la variante automática como la testeada. Lamentablemente no hay versiones con motor Diesel para esta carrocería de 5 puertas. La garantía, es buena, pero quedó atrás respecto a la que ofrece la mayoría de sus competidores. Solo 2 años de cobertura queda en desventaja frente a los 3 años que ya ofrecen Renault, Peugeot, Honda o Toyota para sus medianos equivalentes.

Por Christian Kleinberg

Periodista y Arquitecto, escribo en Motorweb Argentina desde el 2009, año en que cree este sitio. Me fascinan los autos y todas sus derivaciones con 2, 4 o 6 ruedas. Soy de Buenos Aires, pero tambien viví en otros lugares del planeta. Entusiasta de los viajes, de los autitos en escala, de los clásicos y del buen diseño.

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