Hace poco Renault conmemoró en Europa los 50 años del Alpine, la berlinetta deportiva francesa que marcó una época en el automovilismo galo. Para ello creó un Concept Car, el Alpine A110-50, que incluso llegó a girar a modo de Show en la previa de la ultima carrera de Formula Uno de Monaco este año. Pero pocos recuerdan al sosía brasileño del Originario Alpine, el Willys Interlagos.
Allá por 1961 se presentaba, en la segunda edición del Salón de San Pablo, este deportivo que se convertía en el primer auto deportivo construido en aquel país. Se trataba de una licencia del Alpine 110 realizada por el fabricante Willys, que bautizó al modelo como Interlagos, en honor al circuito de carreras mas famoso de Brasil.
Para la época, lejos del Mercosur y los inventos regionales, el Willys Interlagos era un auto moderno y contemporáneo con Europa. Sus motorizaciones Renault de 4 cilindros y cubicajes de 845, 904 o 998 cm³ ofrecían potencias desde los 40 a los 70cv. Parece poco hoy día, pero en aquel entonces, y con una carrocería de fibra de vidrio y plástico, montada sobre un chasis tubular, el primer deportivo brasileño pesaba solo 600kg y lograba velocidades mayores a los 160km/h.
Los años sesenta fueron prolíficos para el desarrollo del deporte motor en toda la región, y Brasil no fue la excepción. Las Berlinettas amarillas con su doble franja negra que recorrían capot y techo ganaban cuanta competencia corrían en su país. El Gran Premio de Guanabara, los 500 Kilómetros de Interlagos y hasta las 200 Millas de Montevideo fueron pan comido para estas licencias del mítico Alpine 110 hecho en Sudamérica. Emerson Fittipaldi fue uno de los pilotos que se desarrollo deportivamente en sus inicios a bordo de un Interlagos.
Renault Brasil, en conjunto con el «Auto Show Veiculos Antigos» organizaron el homenaje al pequeño modelo, del cual solo se produjeron en ese país 822 unidades entre 1961 y 1966.