Chevrolet presentó a la prensa el nuevo tope de gama de su línea en nuestro país. Es el Cruze, un auto global que se desarrolló en los Centros Tecnológicos de la marca en Corea, Alemania y Estados Unidos, teniendo en cuenta un cliente mundial y las particularidades de las distintas regiones donde se vende. Hoy el Cruze está presente en 81 mercados, y su lanzamiento en la Argentina prácticamente coincide con el de los Estados Unidos, un tema no menor a la hora de comparar novedades. Si bien el modelo ya está a la venta en Europa, Asia y Oceanía hace mas de un año, ahora es el turno de los mercados americanos que lo reciben todos al mismo tiempo.

El Chevrolet Cruze se presenta netamente como un auto europeo. Si nos taparan las insignias y nos lo mostraran sin conocer previamente el auto o la característica parrilla Chevrolet, todos dirían que es un auto europeo, no de una marca americana. He aquí el primer gran logro.

En términos generales de estilo se lo ve muy aplomados, con rasgos fuertes y musculosos, línea de cintura alta y aristas marcadas como lo demanda la moda actual. Tal vez debo decir que lo que más me inquieta es esa doble parrilla que Chevrolet ha adoptado como “family feeling” característico de sus autos. Yo la hubiera preferido un poco más sutil, pero definitivamente es más discreta y está más integrada al conjunto que en el caso del Agile, tal vez el ejemplo de aplicación más conflictivo de esta nueva imagen global de la marca.

Más allá de esta apreciación personal, las líneas del auto inspiran mucho dinamismo y trasmiten un diseño muy canchero. A los mas distraídos hasta le puede parecer un auto hatchback con gran portón trasero, pero no, es un 3 volúmenes puro, con su tapa de baúl independiente. Los diseñadores insisten en que persiguieron que el Cruze se asemejara a una Coupé en líneas generales. La forma de arco de su techo armoniza y “cose” la vista lateral, dándole un buen cierre a las tensas líneas de la parte baja del casco. La cola es simple y bien resuelta, con una dosis de personalidad justa como para no confundirlo con otro auto. Como conclusión, creo que es un diseño interesante, fresco y que le cae muy bien a la gama Chevrolet de la región, justo en momentos en los cuales su oferta de diseño se estaba tornando obsoleta con modelos que fueron quedando de la vieja epoca de los Opel europeos.

Hilando muy pero muy fino podríamos decir que un auto tan moderno y con semejantes aspiraciones de tope de gama (para nuestro mercado, claro) ya no puede tener esos brazos y escobillas limpiaparabrisas tan anticuados o los apliques de los “sapitos” del parabrisas salientes de la superficie del capot. Estos merecerían mínimamente estar escondidos dentro detrás del canto negativo del capot, de donde salen las escobillas. Pero bueno, son pequeñeces que veo solo yo, creo. También se le puede reclamar que las ópticas son de doble parábola y no hay proyectores con xenón. Sin dudas, más allá de la seguridad, también es un ítem que suma al diseño y aporta una riqueza a la óptica delantera.

En el interior, todo es muy armónico y bien presentado. Existe el mismo planteo del doble cockpit simétrico como ya vimos en el Agile y cuya inspiración surge en los modelos Corvette de los años cincuenta que tenían esta característica de estilo.

Es además, un partido brillante estratégicamente a la hora de pensar en tener que vender el modelo tanto con volante a la izquierda como con volante a la derecha. La posición de manejo es cómoda y no me llevó más de unos segundos encontrar mi ubicación ideal para realizar un breve contacto en uso mixto autopista/urbano de unos 20 kilómetros. Los comandos están bien distribuidos y son todos intuitivos.

El diseño del clúster de los relojes del tablero es muy moderno y deportivo, pero su materialidad con los bordes cromados promueve una serie de reflejos molestos bajo el sol del mediodía. Nada demasiado serio de todos modos.

La calidad general del auto es muy buena, pero algunos detalles tienen mejor vista que tacto. Andando, no obstante, notamos una calidad de armado muy buena, que tramite solidez y ningún ruido o crujido de plásticos. El tapizado de la versión probada, la más completa (“LTZ”), era de “ecocuero” en un tono claro. Finalmente empezamos a ver marcas que se salen del monotemático cuero negro. El comando de caja es preciso aunque el pomo es un tanto exagerado en tamaño. La parte trasera del habitáculo no es la más espaciosa, en parte por el largo entre ejes, y otro tanto por la línea arqueada del techo que penaliza un poco el “espacio aéreo” sobre las cabezas de los pasajeros traseros. El baúl está bien terminado y tiene unas dimensiones discretas.

Las motorizaciones del Cruze serán dos, una nafta y una Diesel. La versión naftera cuenta con un motor 1.8 litros, inyección multipunto, 16 válvulas y doble árbol de levas que eroga 141 CV a 6200 rpm y 176Nm a 3800 rpm de torque. El motor diesel, que llegará en 2011, es un 2.0 litros VCDi turboalimentado que desarrolla 150 CV a 4000 rpm y un torque de 320Nm a 2000 rpm. Ambos motores cumplen con las normas de emisión Euro IV y pueden combinarse con una transmisión manual de 5 velocidades, mientras que el naftero además podrá acoplarse a una transmisión automática de 6 velocidades, también disponible a partir de 2011. Y creo que aquí hay uno de los puntos más importantes para GM en Argentina, el traer un auto nuevo, de plataforma reciente, con motorizaciones nuevas que vuelven a poner a la marca a la altura del segmento que pretende conquistar. Tal vez desde la introducción del Vectra en 1996 GMA no nos ofrecía un auto tan completo desde todo punto de vista.

La gama se articula en dos niveles de acabado, el LT y el más completo es el LTZ. Este ultimo ofrece techo solar eléctrico, tapizados de ecocuero, sensores de lluvia y estacionamiento traseros, volante forrado en cuero con teclas multifunción (control de velocidad crucero y comandos de audio), espejos rebatibles eléctricamente y calefaccionados, todo lo cual se suma al climatizador automático (de una sola via), , computadora de a bordo, columna de dirección regulable en altura y profundidad, CD con MP3 y entrada auxiliar para dispositivo de audio portátil, espejo retrovisor electrocrómico, entre otros.
Por el lado de la seguridad, incluye un completísimo repertorio de elementos de seguridad activa y pasiva y, en su versión LTZ, cuenta con 6 airbags: frontales para el conductor y acompañante, laterales en asientos delanteros y de cortina y además controles electrónicos de estabilidad y tracción. Se suman el encendido automático de luces, frenos a disco en las 4 ruedas, ABS con distribución electrónica de frenado, aviso de colocación de cinturón de seguridad, pedales colapsables, cinturones de 3 puntos en todas las plazas, luces antiniebla delanteras y traseras y sistema de alarma antirrobo. Para proteger a los más pequeños de la familia, está equipado con las trabas para niños en puertas traseras y anclaje ISOFIX para las sillas de los bebés.

Como pueden leer, este nuevo Chevrolet, importado desde Corea, llegará para pelear con uñas y dientes (y muy buenos argumentos también) el mercado de los sedanes medianos que tiene hoy por referentes al VW Vento, el Honda Civic, el Toyota Corolla, el Ford Focus Exe y en poco más deberá medirse también contra el Peugeot 408 y el Renault Fluence.

Los precios comunicados arrancan en 105.000 Pesos para la versión LT nafta manual y culminan en los 121.000 para el LTZ manual. De las versiones Diesel y nafta con caja automática aun no fueron develados los precios.

Próximamente haremos una prueba más extensa para sacar más conclusiones sobre este interesante nuevo producto de Chevrolet. Bienvenido Cruze!
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Por Christian Kleinberg

Periodista y Arquitecto, escribo en Motorweb Argentina desde el 2009, año en que cree este sitio. Me fascinan los autos y todas sus derivaciones con 2, 4 o 6 ruedas. Soy de Buenos Aires, pero tambien viví en otros lugares del planeta. Entusiasta de los viajes, de los autitos en escala, de los clásicos y del buen diseño.

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