Si bien el apogeo de los autos eléctricos «explotó» durante la última década, lo cierto es que este tipo propulsión no es ninguna novedad. Digamos que los autos eléctricos nacieron casi en conjunto con el automóvil en sí, donde muchos proyectos iniciales contemplaban el uso de propulsión por baterías. Con el tiempo los motores de combustión interna ganaron la pulseada, principalmente por el gran problema a la hora de almacenar energía para los eléctricos a inicios del siglo XX. Recientemente GM anunció el aumento de su inversión en el segmento de eléctricos de cara a 2025, lo que plantea toda una revolución ligada a las baterías Ultium (ver nota). Pero la historia reciente también nos recuerdo otra revolución del grupo con los eléctricos que quedó en el olvido, con el GM EV1.

El EV1 se gestó como un proyecto a comienzos de la década del noventa, debido a la presión medioambiental de algunos organismos estatales en Estados Unidos. A la distancia podremos decir que General Motors, como otros fabricantes, se vieron obligados a poner a la venta un modelo eléctrico para cumplir con los programas medioambientales de aquellos años, que estipulaba una producción mínima de vehículos 100% eléctricos. Cuando la mayoría de las automotrices crearon proyectos como «para salir del paso», GM le puso algo más de énfasis e inversión. Así se gestó un auto que no pasó desapercibido por su diseño exterior, ni tampoco por sus prestaciones. El GM EV1 nació sin dudas antes de lo previsto. 

Inicialmente al EV1 en realidad se lo ofreció en fase de prototipo a clientes particulares en 1994. Y en realidad no se llamó EV1, sino Impact. En este caso fueron 50 unidades, ofrecidas a potenciales clientes, para que lo utilicen a diario, bajo un programa denominado PrEView. Para esas primeras unidades, GM recibió el llamado de más de 20 mil personas, algo que no se preveía. Esos números comenzaron a llamar la atención. Finalmente las 50 unidades de comodato volvieron a GM, y pasaron «scrap», es decir que fueron destruidas.

GM EV1: un eléctrico, antes de tiempo

Con algunas mejoras mecánicas, el EV1 definitivo fue lanzado en 1996. Fue el primer y único auto de la marca comercializado bajo la marca GM, y puesto a la venta únicamente en formato de Leasing (o alquiler), aunque con opción a compra una vez culminado el contrato. Se ofrecía únicamente en los estados de Arizona y California y entre sus características se encontraba la carrocería completamente de plástico, junto a una estructura completamente de aluminio. Esto era para compensar el peso, debido a que solo la batería, con capacidad de 16,5 KWh, pesaba 533 kilos.

Con un motor eléctrico que generaba 137 caballos de fuerza, el EV1 desarrollaba una velocidad máxima de 129 km/h limitada, y aceleraba de cero a cien km/h en tan solo 8 segundos. La autonomía era escasa: podía recorrer entre 110 y 160 kilómetros dependiendo del uso, algo lógico ante un uso citadino. Podía recargarse con un cargador especial cedido por GM, o mismo desde un toma convencional, aunque en este caso demoraba más tiempo.

El éxito y la aceptación de las personas que empezaron a recibir el EV1 fue inminente, y allí comenzaron a aparecer otros primeros problemas. Es que el programa EV1 generaba pérdidas millonarias a GM, debido a que cada unidad costaba mucho más dinero que el supuesto precio al que se comercializaba, de 34 mil dólares. De todas formas nadie había podido comprar un EV1 hasta entonces, ya que se trataba de un Leasing. En total se fabricaron 660 unidades del EV1 Gen I.

En 1999 apareció el EV1 Gen II, una evolución del modelo, ofrecido con batería de plomo-ácido de 18,7 kWh de capacidad, con una autonomía semejante al modelo inicial, o la opción de una batería NiMH (hidruro de níquel-metal) con 26,4 kWh de capacidad, estableciendo la autonomía entre 160 y 225 kilómetros. Este nuevo EV1 era más liviano, y algo más barato de fabricar. De todas formas continuaba aportando imagen más que un negocio. Se fabricaron 457 unidades de la nueva serie durante ese mismo año.

Paulatinamente General Motors comenzó a detectar fallas, inicialmente en 200 unidades del EV1 Gen I, en las que el cable de recarga de la batería podía generar riesgo de incendio. La iniciativa fue recuperar directamente las unidades. A otras 200 unidades se les reemplazó las baterías para que pudieran seguir en funcionamiento hasta finalizar el contrato. Sin embargo, en 2002, General Motors anunció que retiraría a todas las unidades del EV1 circulantes una vez finalizado cada contrato de Leasing.

El curioso final del GM EV1

La decisión oficial de GM fue la de retirar los autos de circulacipon debido a que el proyecto era imposible de rentabilizar. Además, de acuerdo a la ley norteamericana, debía brindarle a cada usuario disponibilidad de repuestos y servicios durante 15 años, algo que era completamente inviable. Muchos de estos usuarios, viendo la conformidad del funcionamiento, solicitaron a GM comprar su ejemplar de todas formas, deslindando incluso a la compañía de proveerle mantenimiento o repuestos a futuro. Pero la empresa se negó, y finalmente retuvo a todas las unidades.

Unos 40 ejemplares del EV1 fueron donados a museos y centros educativos de los Estados Unidos, aunque entregados bajo contrato sin la posibilidad de funcionar. El millar de unidades restante fue finalmente destruido a inicios del año 2003.

De todas formas, para muchos la historia del EV1 y su final tiene una realidad oscura, más bien relacionada a los intereses del petróleo. La alta aceptación de un auto eléctrico atacaría directamente el negocio petrolero, y es por ello que muchos sostienen que hubo un complot para desarticular al EV1. De todas formas, la versión oficial no es más que lógica: un auto caro de producir, en bajas series, y que continuaría generando pérdidas a la compañía a futuro. 

A 25 años de su lanzamiento, claramente el EV1 fue un vehículo que estuvo adelantado a su época, y que lo relaciona directamente al alto costo de su producción. Es que un auto eléctrico accesible de hoy en día no tiene prestaciones demasiado superiores a las del EV1, más allá de la autonomía brindada por las nuevas tecnologías en baterías. Según Elon Musk, fundador de Tesla, fue el fin del proyecto EV1 lo que potenció su idea de crear su propia marca. Actualmente solo podremos apreciarlo por fotos o, con suerte, en unos pocos museos en los Estados Unidos.

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Por René Villegas

Periodista y fanático de los autos y el automovilismo desde que tengo uso de razón. Colaboré en las revistas Auto Plus y Parabrisas, y desde 2019 edito Motorweb Argentina.

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