Durante los últimos meses habrás notado que las ventas de los Chevrolet Onix y Tracker han descendido en el mercado local, algo más que la media. Y hay razones para ello, más allá de las trabas locales a la importación: el faltante de componentes electrónicos, entre ellas microprocesadores, o simplemente chips, obligó a la marca del moño a detener la producción de diferentes plantas en Brasil durante los últimos meses, lo que está desencadenando en reducción de ventas. 

Desde abril pasado la planta de Gravataí, donde se producen los Onix y Onix Plus, detuvo su línea de montaje por completo. Se estima que la planta retomará su actividad normal recién para el mes de julio. Esto desencadenará un fuerte impacto para la familia del segmento B más vendida de Latinoamérica. Resultado de ello, es que en Brasil las ventas del Onix se han reducido a casi la mitad en los últimos meses, perdiendo el liderazgo durante el último mes.

¿Chevrolet paraliza producción por la crisis de los chips?

Además, no es el único vehículo afectado. Desde el próximo 21 de junio, GM detendrá la producción en la planta de São Caetano do Sul, donde se produce la Tracker. La medida será aprovechada para adaptar la línea de montaje a la producción de la nueva pick-up intermedia, en la que GM trabaja para lanzar en el mediano plazo (ver nota). 

El principal faltante de GM está relacionado al sector de plásticos y cauchos, pero por sobre todas las cosas, también está relacionado a la «crisis de los chips».

 

La planta volvería a operar normalmente recién el 2 de agosto, de acuerdo a información suministrada por diarios locales. En cambio, el pasado 10 de mayo GM retomó el curso normal de producción de S10 y Trailblazer en la planta de São José dos Pinhais, tras haber detenido su producción durante algunas semanas. 

Chevrolet: ¿Qué es la crisis de los chips?

En los últimos meses el faltante de microprocesadores ha sido clave para paralizar producción en serie. Estos «chips», de diferente tamaño y función, son los que están generando diferentes retrasos en la producción de automóviles en todo el mundo, debido a las demoras generadas por la pandemia del Covid-19. 

La gran mayoría de los procesadores que llevan los autos, los más costosos pueden llevar hasta 100, son producidos en China, como así también otros componentes. Si bien no todas estas piezas son determinantes para el funcionamiento de cada auto, muchas de ellas no permiten finalizar la producción de un vehículo. Por ejemplo BMW detuvo la producción de una de sus plantas debido al faltante de los sensores de presión de aire de los neumáticos. O mismo Peugeot reemplazó en algunas versiones el instrumental digital del 308 de tercera generación en Europa, por otro con agujas, debido al faltante de pantallas.

En muchos casos, aseguran que los faltantes son consecuencias de un «error de cálculos». Es que durante 2020 la producción de autos se redujo considerablente a razón de la crisis, mientras que los fabricantes de microprocesadores o chips, que no son muchos, tomaron desarrollos para otras industrias. Cuando el sector automotriz retomó su curso normal, los faltantes se hicieron evidentes, como en el caso de Chevrolet en Brasil. Debido a esto, se estima que este inconveniente podría ser acarreado por lo que resta del año 2021. 

Por René Villegas

Periodista y fanático de los autos y el automovilismo desde que tengo uso de razón. Colaboré en las revistas Auto Plus y Parabrisas, y desde 2019 edito Motorweb Argentina.

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