Luego de un 2020 que registró, producto de la pandemia, un muy bajo nivel de patentamientos de 0km con números similares a los registrados en 2004, los concesionarios estiman que en 2021 podrían retomar la senda de crecimiento con una mejora del 30% y una proyección de 450.000 unidades comercializadas. Para que se cumpla este escenario, la Asociación de Concesionarias de Automotores (Acara) sostiene que es primordial que se consolide la macroeconómica y se concreten incentivos para el sector.

Así lo planteó el presidente Acara, Ricardo Salomé, en una entrevista con Télam. Allí detalló que en 2020 los precios de lista de los 0km creció en promedio un 34,2%, apenas por debajo de la inflación. Pero llegó a superar por más de diez puntos ese nivel debido a una política de descuentos y bonificaciones más acotada.

En la charla, también destacó el impacto que tuvieron las restricciones a las importaciones para contener el impacto en la balanza del sector. De haberse agilizado las importaciones hubiera permitido contar al menos con unos 100.000 patentamientos adicionales para el año que cerró.

En ese contexto, Salomé admitió que el nuevo año arrancó con “una visión positiva de llegar a tener un mercado de 410.000 unidades de piso. Y con algún estímulo se podrá crecer y alcanzar un nivel de actividad pre pandemia, lo que significaría elevar hasta 450.000”, afirmó.

Niveles pre pandemia

De consolidarse ese incremento, el directivo de los concesionarios admite que en el sector algunos elevan hasta las 450.000 unidades para 2021. Agrega que el mercado local registraría un incremento de entre el 22% y el 30%, de acuerdo con los distintos escenarios, respecto a las 342.474 unidades vendidas en 2020.

“Mantenemos la expectativa de volver a ser uno de los motores de crecimiento del país”, dijo Salomé al admitir las complicaciones que el sector de comercialización de vehículos enfrenta en rentabilidad y sostenimiento dada la elevada capacidad ociosa tras la caída de ventas desde 2017 con 900.942 unidades, a 801.658 en 2018, 459.753 en 2019 y las 342.474 del año pasado.

En ese sentido, Salome resaltó que “el número hace al contexto, y si bien el año terminó mucho mejor de lo que se preveía en los primeros meses de la pandemia con ventas no más allá de las 270.000 unidades, con el esfuerzo muy grande de todos los actores de la cadena de valor”.

“Cerramos un año en que mucha gente aprovechó notoriamente que los autos se importan a dólar oficial, pero al comprar lo hacía al dólar blue y se terminaba llevando un 0 kilómetro a un 60% de lo que valdría un vehículo en situación normal”, explicó en referencia a la amplia brecha cambiaria que alcanzó hasta poco más de 100% hace pocos meses.

Precios bajos en dólares

Para Salomé, “hoy el cliente sigue exactamente con esa ventaja aunque la brecha se achicó, pero sigue siendo un gran negocio la compra de un vehículo porque esta en valores muy bajo en dólares reales, y es una excelente inversión para sus ahorros”.

Si bien el tema cambiario actuó como incentivo para concretar ventas, un condimento importante que marcó al sector en 2020 fue la falta de dólares en la economía y su efecto en la balanza de pagos, lo que “impidió que las terminales puedan importar libremente y tuvieron un cupo en función de su equilibrio externo”.

“Es un mercado que depende de la oferta y la oferta se está decidiendo en un escritorio en función de las necesidades del país por la falta de dólares. Ese escenario en el marco de pandemia hizo que se perdieran ventas por al menos unas 100.000 unidades a lo largo del año” por falta de disponibilidad de vehículos para entregar.

En cuanto a la evolución de los precios de lista de los 0km durante 2020, el directivo de la agrupación de concesionarios reveló que el promedio de aumentos de todas las terminales alcanzó el 34,2%. Es una cifra que en principio se ubica por debajo de la inflación oficial que cerró en 36,1% de acuerdo al Indec. Para 2021, se estima que la inflación podría ser de 50%.

Sin embargo, los clientes al cierre del año registraron al momento de concretar sus compras un incremento de 11 puntos por encima de la inflación, hasta el 47% promedio. Se debió a que las terminales también ajustaron precios a través de menores descuentos y bonificaciones de los que se venían otorgando hasta 2019, en una política más agresiva de comercialización.

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