Probablemente, algún día todos tendremos un SUV. La diferencia estará en el presupuesto con el que contemos para adquirir uno. Claro que para llegar a ese momento no debería interponerse otra moda, hoy traducido en la incipiente creación de crossovers de todo tipo y factor. BMW fue una de las precursoras y, en este caso, el X2 sDrive 20i es una de las respuestas al éxito.

Si bien casi todas las marcas ya tienen uno o varios vehículos de este tipo y la que no, lo está desarrollando o a punto de lanzar al mercado, los SUVs fueron ganando terreno no solo aquí sino en el resto del mundo. Atrás quedaron las rurales y los 4×4 puros que muchos compraban, aunque nunca salieran de la ciudad.

Dicho esto, ahora nos toca analizar y probar el BMW X2 sDrive 20i, que la marca alemana prefiere llamar Sport Activity Coupé (SAC). También podemos decir que es un Crossover. Seguramente, el usuario promedio no sabrá cuál es la diferencia. Es una mezcla de un vehículo con estilo deportivo pero con techo más alto que un sedán, mayor volumen interior, quinta puerta y baúl integrado al habitáculo y, a veces, tracción integral.



En este caso, la tracción es delantera, algo que el grupo BMW comenzó a aplicar en otros modelos. El
X2 es más corto y más bajo que el X1, y tiene un diseño más agresivo. La versión que probamos cuenta con el pack M, que acentúa aún más el carácter Motorsport. Su primera letra cromada se inserta en guardabarros, zócalos, volante y llantas.

Por fuera

En el frente, la típica parrilla de doble riñón pero no tan grande como en otros «X» recientemente lanzados. En este modelo, se percibe un frontal proporcionado. De costado, la cintura alta va subiendo hacia atrás hasta unirse con el alerón del techo, que también va bajando.

Una forma rápida de reconocer a este X2 es por el logo en el parante trasero, como las coupes de los 60s y 70s. Ese detalle gusta o no gusta, pero no pasa inadvertido. El rodado 19 llena bien el pasarruedas y también remarca ese espíritu M. El diseño es llamativo, lo que puede espantar a usuarios más conservadores.   


Por dentro

Es un BMW tradicional: facilidad para encontrar rápidamente la posición de manejo con múltiples regulaciones, aunque casi todas manuales. Debería incorporar funciones eléctricas completas. El tapizado de alcántara recuerda que se trata de un premium y tanto los comandos como la “perilla” Drive son por demás intuitivos.



La plancha es de tipo clásico y el tablero es analógico con tres agujas: velocímetro, cuentavueltas y nivel de combustible. El resto lo aporta el display digital o la pantalla táctil ubicada en el centro y a la vista de todos. El volante es excelente tanto en tamaño como en grip. Y tiene levas para el pasaje manual de marchas.

Llama la atención la ausencia de Apple Car Play y Android Auto, como tienen muchos autos de segmentos más accesibles. También se extraña un sistema de cámaras 360 grados, ya que el X2 solo está equipado con la de marcha atrás. Esta imagen es de gran ayuda por el reducido tamaño de la luneta.     

Atrás, el espacio es correcto tanto para las piernas como para la cabeza. Cuenta con salidas de climatización, iluminación natural y artificial. Natural porque tiene doble techo panorámico (aunque más pequeño que el de modelos de marcas generalistas). Artificial porque la ambientación llega a ese sector, puede cambiarse el color, y hay luz hasta debajo de los asientos delanteros donde se ubican los pies.

El baúl se abre accionando el logo y se cierra con un botón. Sorprende su tamaño, ya que es más amplio de lo que aparenta: 470 litros. Debajo del piso, la crítica de siempre, un auxilio temporal pero, de todas formas, los cuatro neumáticos son Runflat.

Motor

Es un naftero 2.0 Turbo que eroga 193 CV y que se asocia a una caja automática de 7 velocidades, del tipo doble embrague. Este propulsor se caracteriza por una respuesta equilibrada hasta que se le pide un poquito más de pimienta al acelerador. Si eso no alcanza, hay otra versión con un biturbo y 306 CV. 

Supera los 220 km/h y acelera de 0 a 100 en 8,3 segundos. Frena bien y consume un promedio de 13 km/l entre urbano y extra urbano. Con un tanque de solo 51 litros, puede recorrer distancias lógicas si se busca ese objetivo. Para escuchar el motor habrá que gastar más dinero, porque su insonorización es muy buena, algo que se soluciona rápidamente al accionar el modo sport.

En ciudad, se mueve con soltura. Mide 4,36 (casi como una Renault Duster) y tiene las dimensiones adecuadas para estacionar y maniobrar en lugares pequeños. En la ruta o autopista es un placer manejarlo con su excelente sistema de sonido.

Seguridad

La iluminacion LED es impecable. Hacia adelante se ve todo, tanto de día como de noche. La proyección de la velocidad en el parabrisas colabora a no quitar los ojos de la calzada. En este ítem, no cuenta con sistema autónomo de frenado o de alertas de cambio de carril.


El resto, todo lo que debe traer un vehículo de estas características: controles de tracción y estabilidad, 6 airbags y ABS, entre los principales dispositivos.

Precio

73.000 dólares al momento de reglamentarse la nueva ley de Solidaridad Social, que vuelve a modificar los impuestos internos. Compite con el Audi Q3, Mercedes-Benz Clase GLA y Volvo XC 40. Quien disponga de esa cifra y busque atraer miradas, probablemente no dudará en comprarlo. El mercado ofrece otras opciones menos llamativas y con similar o incluso mejor equipamiento y motorización. Gustos son gustos.


Garantía

3 años o 200 mil kilómetros.

Qué nos encantó del BMW X2 S Drive 20i

Diseño

Confort de marcha

Consumo

Espacio en plazas traseras y baúl

Iluminación LED

Insonorización

No le perdonamos al BMW X2 S Drive 20i

Falta de sistema de frenado autónomos y de alertas

Sin Apple CarPlay y Android Auto

Cámara de visión 360°

Visibilidad trasera

Auxilio temporal   

 

Por Federico Smith

Periodista y locutor. Conduzco en Radio Del Plata (AM 1030) de lunes a viernes 6AM, hablo de autos en Radio con Vos (FM 89.9) los sábados 10AM y soy Editor de Motorweb.

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