El día de la premiación, asistir a Autoclásica es casi obligatorio, no sólo para nosotros que queremos ver en carne propia quiénes se retirarán triunfantes del Hipódromo, sino también para todo aquel que desee ver en marcha y en movimiento a los vehículos expuestos durante el fin de semana.

Antes del inicio de la muestra, con el anuncio de la famosa carpa de «Leyendas Mundiales», a cargo de las familias Pérez Companc y Scalise, era fácil apostar que alguno de los vehículos allí expuestos podrían calzarse la cucarda más preciada el día Domingo. Especialmente la Ferrari, principalmente esa Ferrari.

El mediodía vio llegar el primer anticipo, la MV Agusta 500 Four de 1957 presentada por Scalise, la cual fue corrida por John Surtees, y luego restaurada completamente por él mismo, se calzó el «Best of Show» en la categoría motocicletas.

Después del almuerzo, y de las premiaciones a stands, llegó lo quizás más importante: Las entregas a los autos. Destacando a vehículos que se fueron con el primer premio en sus categorías, como el Berta Tornado del ’72 que usó Jorge Omar del Río, llevándose «Competición Argentina», o una impecable réplica del Jaguar C-Type en «Artesanía Argentina». El premio al diseño, en nombre del fallecido Gustavo Fosco, fue para el BMW M1, que también se llevó a casa el de «Contemporáneos Europeos de pequeña serie». El premio que entrega la prensa, el «Germán Sopeña», fue para un De Tomaso Pantera de 1979. Pero vayamos a lo importante.

La terna final se decidió entre, un Packard Dow Cowl Modelo 645 Sport Phaeton de finales de la década del ’20 -el cual había ganado en la categoría «Vintage Americano»-, un Vauxhall 30/98 Sport Tourer de 1925 -ganador en «Vintage Europeo», y finalmente la Ferrari 340/375 MM de 1953 -que previamente había sido ganadora en «Competición Internacional»-

Tal como se había previsto durante toda la exhibición, y previo a la misma, la inversión de la familia Perez Companc rindió sus frutos. Aquella Ferrari con carrocería Pininfarina que se fabricó en 1953, y se envió sobre la fecha para competir en Le Mans finalizando en 5° puesto, que luego triunfó en la clasificación general de las 24hs de Spa-Francorchamps al mando de Nino Farina, y que por último, compitió en la famosa Carrera Panamericana de México, finalizando en 4° puesto en manos de Guido Mancini y Fabrizio Serena, en aquella carrera donde un tal Juan Manuel Fangio le dió a Lancia el 1° puesto, además del 2° y del 3°. Esta misma Ferrari, es ahora también «Best of Show» en Autoclásica 2018, quizás el premio más importante que un auto clásico pueda tener en este país.

Sin embargo, este auto que PC adquirió por la jugosa suma de 4,2 millones de euros en una subasta de Maranello allá por 2007, ya conoce la glamorosa vida de los concursos de elegancia, habiendo participado de Pebble Beach y Amelia Island, además de competir en lugares como Monterrey y la mítica Mille Miglia. Lo que se dice «un auto bien viajado».

El auto posee actualmente el livery con el cual compitió en aquella Carrera Panamericana de 1953, incluídos los stickers originales de la organización, se conserva en un estado impoluto por el cual vale la pena quedarse viendo largo rato. Leyendo un poco encontramos que este vehículo pasó por varias manos importantes, incluídas las del mandamás de la F1, el mismísimo Bernie Ecclestone, que la tuvo a mediados de los años ’90; además de curiosidades como haber sido descalificada de las 12 horas de Reims en 1953 debido a circular por la noche sin luces, o que la denominación 375 se debe a que, tras la descalificación en Reims, el auto regresa a fábrica para reemplazar el motor por el V12 4.5 y 340 CV que posee actualmente -más allá de que según registros, en 1969 tras un choque frontal en los Estados Unidos, el motor fuera reemplazado por un V8 y el auto aparezca en un desarmadero-

En fin, un auto con una larga e interesante historia, que hace que este premio sea más que merecido, y que gracias a esto, el valor del auto haya crecido exponencialmente de aquellos 4,2 millones. La pregunta que nos hacemos es, teniendo en cuenta la desconocida colección que poseen los Pérez Companc, ¿es de preveer que siempre que aparezcan con vehículos de este calibre en Autoclásica no estén predestinados a llevarse el mayor premio? Y además, ¿no es hora de que esta familia, junto quizás a los mayores coleccionistas de este país, abran una especie de Petersen Museum en nuestro país, para que petrolheads como nosotros podamos deleitarnos de sus colecciones?

Les dejamos esta galería del flamante ganador, cortesía de RDZ Photography quién tuvo un momento privado con esta Ferrari.

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Data extraída de The Car Box y Barchetta.

Por Pablo Brienza

Siempre atrás de los autos o de las motos, desde los 3 años que aprendí a leer con una revista Parabrisas. En contra del manejo autónomo, a menos que sea para controlar taxis y colectivos. Cada día entiendo menos cómo dan los registros de conducir. Si no estoy disponible probablemente esté en un recital o comprando discos.

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