¿Un evento de motos? ¿Un concurso? ¿O acaso un encuentro de amigos? AFF es todo eso, y quizás un poco más. El evento organizado por la tienda de motos La Milla del Diablo, celebró su cuarta edición, y por segundo año consecutivo el Centro Municipal de Exposiciones en San Isidro fue el punto de encuentro para los amantes de las motos sin importar preferencias, porque por suerte hay para todos los gustos. Ni siquiera el frío de los primeros días de Junio impidió que miles de fanáticos y amigos se acercaran a deleitarse con las últimas creaciones de los mejores constructores del país, con cervezas y charlas de por medio.

Sin embargo, las filiales locales de Harley Davidson, como la de Royal Enfield, también aprovecharon la ocasión para presentar sus novedades y actual gama de productos a potenciales clientes.

El sector cerrado del predio se encontraba dedicado a la colección de los miembros del Classic Club, con varias unidades en excelente estado, incluso algunas ganadoras en ediciones de Autoclásica.

Luego de almorzar y charlar en los foodtrucks, pasamos a lo importante, porque principalmente AFF es un concurso, donde un especializado grupo de jueces (de distintos rubros, todos relacionados a las dos ruedas) fue el encargado de elegir las mejores en cada categoría, en base a una serie de factores:

  • Construcción general
  • Manufactura
  • Ciclística
  • Pintura
  • Creatividad
  • Estética

Mientras que las categorías estaban pautadas de la siguiente manera: Reserva, dedicadas a motos pequeñas como CUBs; Bobbers y Choppers, separadas en cilindrada hasta 500cc, menores y mayores a 1200cc; Café Racers, menores y mayores a 500cc; Tracker, Brat o Scramblers, menores y mayores a 500cc; y por último, Freestyle (interpretación libre). A todo esto se suma la categoría más importante, el codiciado Best of Show; además de menciones para cada categoría.

Por segundo año, la gente de STG Tracker se llevó para el taller la placa ganadora de la categoría Reserva con el pequeño streetcub “Johnny 5”, basado en un Motomel Go Vintage.

Entre las Bobbers y las Choppers; “Jungle Rabbit”, el Gilera Spring 150 de Invader Cycle, “Flatsilver”, una Harley Davidson Panhead 1948, y “Old Rules”, una HD Softail, ambas armadas por Javier Perrotta; se quedaron con el triunfo en sus respectivas cilindradas.

“67”, de VTF Customs; y la maravillosa “Saigon III”, un Suzuki 750 2T, inspirada en las viejas motos de competición, de Bruno Donatini (quién también se llevó una mención por otra 2T con inspiración en otra antigua moto de competición); fueron las ganadoras en las categorías Café Racer.

Pasando al rubro de Brat, Scrambler y Trackers, la Honda NX400 de Lucky Custom, con su llamativo livery inspirado en los aplicados por la tabacalera Rothmans, se llevó la categoría para menos de 500cc; mientras que otra NX, pero en este caso la NX650 de Jerónimo Neira defendió su título llevándose la categoría superior a 500cc por segundo año consecutivo.

Finalmente, el ansiado Best of Show coincidió con el ganador de la categoría Freestyle, coronando a Patricio Castelli, que presentó a “Abandonen Toda Esperanza”, una obra de arte en dos ruedas, construída artesanalmente en aluminio y que pese a su diseño, es completamente funcional.

Con un baño de champagne, que poco ayudó con los cerca de 10ºC que nos acompañaron durante toda la jornada, se dió por finalizado esta cuarta edición del evento, que año a año crece mostrando el esfuerzo y dedicación de cada constructor. Nos vemos el próximo año.

Por Pablo Brienza

Siempre atrás de los autos o de las motos, desde los 3 años que aprendí a leer con una revista Parabrisas. En contra del manejo autónomo, a menos que sea para controlar taxis y colectivos. Cada día entiendo menos cómo dan los registros de conducir. Si no estoy disponible probablemente esté en un recital o comprando discos.

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