Después de tres años de restauración, el Museo Porsche en Stuttgart presenta una de las más novedosas incorporaciones a su colección y que se convierte en el 911 más antiguo de los que posee. Está en exhibición desde el 14 de diciembre hasta el 8 de abril de 2018, en una muestra especial con el nombre ‘911 (901 Nº 57): Despega una leyenda’. Este unidad, pintada en roja, es un 901 fabricado en octubre de 1964, tratándose de una de las primeras unidades de producción en serie de este deportivo, conocido entonces como 901. Casi 50 años más tarde, el Museo Porsche encontró este singular auto y decidió comprarlo con vistas a una restauración que lo devolviera a su estado original.

En 2014, mientras evaluaban una colección de objetos olvidada hacía mucho tiempo en un granero, un equipo de televisión alemán de un programa sobre antigüedades y memorabilia se encontró con dos unidades de 911 de los años sesenta. Muy degradados, con faltantes y la visible paliza del tiempo encima, a uno de estos dos cascos le esperaría un futuro brillante luego de décadas de olvido y abandono. 

Tras hacer averiguaciones con el Museo Porsche, se descubrió que uno de los dos deportivos, con el número de chasis 300.057, era de esas unidades especiales fabricadas antes de que el vehículo recibiera el nuevo nombre «911». El Museo Porsche decidió comprar ambos 911, al precio fijado por un experto independiente, y así cubrir uno de los huecos clave que había en su importante colección de clásicos producidos por la marca Porsche. 

En los primeros años de la década del ’60, Porsche desarrolló y presentó al sucesor del 356 bajo la denominación 901. Sin embargo, sólo unas semanas después de que comenzara la producción, en otoño de 1964, el nuevo coupé tuvo que ser renombrado a causa de un litigio con Peugeot (que reclamó ser la única capaz de nomenclar sus modelos con tres cifras que siempre tuvieran un cero en el medio) y, desde entonces, se llamó 911. Todos los vehículos para clientes producidos hasta ese momento fueron fabricados como 901, pero se vendieron como 911. Aunque parezca difícil de creer, la colección oficial de Porsche careció de una de estas unidades singulares «901» durante 50 años.

Uno de los puntos cruciales que llevaron a la compra del vehículo fue el hecho de que el 911 no había sido restaurado, lo que daba a los especialistas del museo la oportunidad de rehacer el auto de la forma más auténtica y parecida al original. El trabajo duró tres años para devolver a este deportivo oxidado a su estado original, utilizando piezas de carrocería genuinas de aquella época que fueron tomadas de otros vehículos que actuaron como donantes. El motor, la transmisión, los componentes eléctricos y el interior fueron reparados siguiendo los mismos principios. La norma general era mantener piezas y fragmentos donde fuera posible, en lugar de reemplazarlos. Estos complejos métodos de restauración, usados habitualmente por el Museo Porsche, son precisamente la razón de que haya costado tanto tiempo devolver a la vida a este histórico deportivo.

Hoy, este valioso eslabón en la cadena de evolución de uno de los deportivos mas míticos de todos los tiempos, ya está asegurado dentro de la colección del Museo Porsche, en su cuna natal, Stuttgart, Alemania.

Por Christian Kleinberg

Periodista y Arquitecto, escribo en Motorweb Argentina desde el 2009, año en que cree este sitio. Me fascinan los autos y todas sus derivaciones con 2, 4 o 6 ruedas. Soy de Buenos Aires, pero tambien viví en otros lugares del planeta. Entusiasta de los viajes, de los autitos en escala, de los clásicos y del buen diseño.

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