Hay algo que me preocupa de los nuevos BMW. No son los autos en realidad, soy yo. Cada vez que sale uno nuevo, no me gusta. Es más, lo detesto. Lo curioso es que cuando finalmente lo conozco en vivo y en directo, me gusta y después de unas miradas más y un cierto acostumbramiento, me fascina. Como puede ser? Lo harán a propósito?
Me sucedió con el Serie 3 cupé actual (E92) cuyo panel lateral trasero me parecía infinito, interminable y las ópticas traseras insulsas y sin ningún carácter BMW. Luego apareció el Z4 nuevo y pensé lo mismo: “que le pasa a esta gente?”. Ni hablar de cuando vi el X6, ufff. Recuerdo que lo vi por primera vez en el showroom de AutoWelt, concesionaria oficial BMW en Buenos Aires, y la primera imagen que se me vino a la mente fue mastodóntica. Ahora lo veo por las calles con su musculosísima estampa, escucho su motor V8 biturbo acelerando y no veo la hora de ganarme la lotería para comprarme una….
Pese a todo esto, cuando me encontré al raro nuevo Z4 por primera vez en el esplendido showroom de dos pisos de BMW Manhattan en la esquina de la 57 y la 11, me quede estupefacto por tanta belleza y pureza de líneas. Habia dos unidades, una en azul oscuro con tapizados beige clarito mucho más clásica y otra en negro con tapizados en rojo, de aspecto más deportivo. Ambas, terribles.
Hago unos pasos en la concesionaria y entre BMs nuevos veo que se asoma el Serie 7 (F01) : imponente, blanco, justo el más caro de todos, el de carrocería alargada, un 750iL de casi 100.000 dólares (en USA) con todos los opcionales que tenia encima. Desde que lo vi en fotos le critique la trompa al nuevo 7. Bueno, en vivo es otra cosa. El auto tiene una escala general súper bien lograda y una presencia muy fuerte, como un auto de la serie 7 debe ofrecer. Es estatuario y deportivo a la vez. El nervio que recorre el lateral justo debajo de las ventanillas le da una musculatura que le viene muy bien a un auto de este tamaño, donde en general suelen abundar las líneas blandas y las formas más clásicas. La cola del auto y sus luces tienen el grado de tensión justo como para mostrarse agresivo, deportivo.
Tal vez el rasgo más difícil de acostumbrarse sea la nueva trompa con esos “riñones” tan salientes, pero viéndolo un poco en detalle me vienen imágenes a la mente y caigo en la cuenta de que esos riñoncitos ligeramente desplomados hacia adentro en la parte baja y el extremo superior mas saliente, no son más que un guiño a las trompas de los 60s y 70s, solo que muy sutilmente. OK, le voy entendiendo el diseño, pero… no entiendo, en fotos no me gustaba y ahora lo veo en vivo y me encanta? Bueno parece que es bien así mi relación con BMW, al menos en esta última etapa de la “Era Bangle” (para quienes son saben, Chris Bangle, americano de origen, estuvo a cargo del diseño de los BMW más osados de los últimos tiempos y despertó entre los fieles seguidores de la marca, odios y amores muy fuertes, casi sin puntos medios) y probablemente continúe por la misma senda, visto que el sucesor de Bangle era su mano derecha dentro del equipo.
Ahora es el turno de dos nuevas creaciones en el mundo BMW a los cuales debo aun enfrentarme personalmente: la nueva X1 y el novísimo Serie 5 Granturismo. Me sucederá lo mismo que con los últimos modelos?
El X1 no me preocupa tanto, porque su planteo es tradicional, es un pequeño SUV, perdón, SAV como se dice de los BMs, del tamaño de un Audi Q5 o un Ford Kuga mas o menos. Lineamientos más o menos, el X1 debería ser un futuro campeón de ventas, pudiendo ofrecer en este segmento nutridísimo de pequeños utilitarios cancheros, todos los atributos que hacen de BMW una marca impresionante, con un mix casi perfecto de todo lo que deben tener y ofrecer los autos. Quien tuvo algún BMW, sabe a qué me refiero.
En el caso del Serie 5 GT, bueno, sobre este vehículo me quisiera explayar un poco mas.
Lo dejamos para mañana…. (continuara)